La policía, sin pistas del industrial desaparecido en Madrid hace nueve días

La policía no tiene la menor pista del paradero de Miguel Ángel Gómez Quílez, de 43 años, copropietario de la empresa informática Arena Software, quien desapareció el pasado día 10 en Madrid. El industrial fue visto por última vez por un taxista que le trasladó hasta la calle de Quintana. Los investigadores no descartan desde que haya sido víctima de un secuestro hasta que fuese atacado por atracadores. Gómez es radioaficionado y sus compañeros van a difundir por España 15.000 carteles con su foto para pedir la colaboración ciudadana.El industrial llegó a Madrid el pasado día 9 para resolver u...

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La policía no tiene la menor pista del paradero de Miguel Ángel Gómez Quílez, de 43 años, copropietario de la empresa informática Arena Software, quien desapareció el pasado día 10 en Madrid. El industrial fue visto por última vez por un taxista que le trasladó hasta la calle de Quintana. Los investigadores no descartan desde que haya sido víctima de un secuestro hasta que fuese atacado por atracadores. Gómez es radioaficionado y sus compañeros van a difundir por España 15.000 carteles con su foto para pedir la colaboración ciudadana.El industrial llegó a Madrid el pasado día 9 para resolver unos asuntos profesionales. Al día siguiente abandonó el hotel Conde Duque, en la plaza del Conde Valle Suchil, y se dirigió a la oficina de Arena Software en la calle de Quintana, donde dejó su maleta. A continuación se trasladó a un banco de la calle de Velázquez, donde un empleado de Olivetti le abonó 2.300.000 pesetas en metálico. Sobre las 11.30 tomó un taxi y regresó a la calle de Quintana, pero jamás llegó a subir a la oficina que había inaugurado hace un mes, según informó su familia.

Una de las hipótesis sostiene que unos atracadores pudieran haber seguido al industrial desde el banco de la calle de Velázquez y que posteriormente le habrían secuestrado al apearse del taxi en la calle de Quintana. Sin embargo, lo más extraño es que nadie presenciase en ese lugar ninguna escena del forcejeo que lógicamente debió de mantener con sus posibles atacantes.

Antes de su misteriosa desaparición, "Nliguel Ángel llamó por teléfono a uno de sus socios y ultimó algunos detalles sobre asuntos profesionales. El socio no le notó nada raro ni preocupado", declaró ayer una cuñada del industrial, la cual le considera como "un hombre inteligente, correcto, simpático y con una vida absolutamente normal". Según la misma fuente, Gómez Quílez "no tiene ningún problema económico ni familiar", por lo que descarta totalmente que haya desaparecido por propia voluntad.

Miguel Ángel Gómez, natural de Murcia, casado y padre de tres hijos, mide 1,75, es de complexión normal, tiene el pelo rubio claro, ojos azules y usa gafas graduadas. En el momento de su desaparición vestía un jersey rojo, un traje azul marino y un abrigo del mismo color. La policía ha solicitado la colaboración ciudadana y ha habilitado el teléfono de Madrid 5215375 para recibir a través de él cualquier tipo de información.

El industrial es vocal de la asociación internacional de radioficionados Les Bacores, de Valencia, cuyos integrantes se han movilizado para colaborar en su búsqueda: desde hoy difundirán por toda España 15.000 carteles con su foto, rogando la colaboración pública para encontrar alguna pista.

El desaparecido había previsto regresar en avión a Valencia el pasado fin de semana. Había dejado en el aeropuerto de Manises su coche, en el que tenía pensado trasladarse a su domicilio de Gandía. Al ver que no daba sefiales de vida, su hermano José Luis, presentó una denuncia.

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