Cartas al director

Silencio a la danza

Hay momentos en los que el desánimo ante una situación que ha llegado a ser normal en la prensa española nos lleva a callar continuamente sobre lo que significa una clara discriminación a la información que un sector de lectores debería recibir acerca de un arte actual: la danza contemporánea.Sus informadoras-críticas suelen estar siempre prestas a recoger cualquier noticia que suponga un ataque a las instituciones a la hora de achacarles que no dedican el suficiente interés a la práctica de la danza en España. Pero lo que parece que no tienen demasiadas ganas de comentar es cuando se producen...

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Hay momentos en los que el desánimo ante una situación que ha llegado a ser normal en la prensa española nos lleva a callar continuamente sobre lo que significa una clara discriminación a la información que un sector de lectores debería recibir acerca de un arte actual: la danza contemporánea.Sus informadoras-críticas suelen estar siempre prestas a recoger cualquier noticia que suponga un ataque a las instituciones a la hora de achacarles que no dedican el suficiente interés a la práctica de la danza en España. Pero lo que parece que no tienen demasiadas ganas de comentar es cuando se producen actividades que, con todas las carencias técnicas y artísticas que se deban analizar, tienen precisamente como objetivo normalizar la presencia de grupos, compañías y creadores en la escena madrileña. Tal es el caso del ciclo Danza en Diciembre, que durante cuatro semanas se ha desarrollado en la sala Olimpia, con la presencia de cuatro espectáculos a cargo de las compañías Lanónima Imperial, Balanza Danza, Pablo Ventura Danza y Vianants Danza, además de una noche en la que se ha presentado un programa compuesto por seis compañías madrileñas: Antonia Andreu y bailarines, Compañía de Danza Blanca Calvo, 10 y 10 Danza, Provisional Danza, Compañia. de Danza de María José Ribot y Compañía de Danza Carmen Senra.

Todo esto no ha merecido en su periódico (excluyendo las pequeñas referencias en su Guía del Ocio de Madrid) ni una sola línea, ya sea de información, ya sea de crítica de los espectáculos presentados.

Creo que el hecho se comenta por sí solo y viene a mostrar con toda su contundencia el prejuicio y las dificultades que una cultura ajena al mercado de prestigio. tiene para poder desarrollarse en nuestro país, pues, además de enfrentarse a una carencia de recursos objetiva, tampoco encuentra el eco necesario en una prensa que, llamándose independiente, atiende a unos intereses económicos de claro signo mercantil.

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Asi pues, en un momento en el que el sector de las artes escénicas se encuentra en pleno proceso de reflexión y análisis del lugar que puede ocupar su actividad en, la sociedad civil actual, sería deseable que los medios de comunicación, además de ejercer su lógica función de informar, también reflexionaran sobre el papel activo que pueden cumplir a través de sus reportajes o de sus críticas; lo que no parece excesivamente democrático, es el silencio o la ignorancia sobre una práctica escénica como es la danza contemporánea, cuya importancia ya nadie niega en todo el mundo civilizado.

Las críticas, buenas o malas, breves o prolijas, son diálogo. El silencio es algo muy parecido a la censura; no somos tan jóvenes como para no conocerla, y seguimos dispuestos a combatirla trabajando.- Director del CNNTE.

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