Cartas al director

Muerte de torero

Profundamente consternado por la noticia de la muerte del torero Nimeño II, Christian para los amigos, me atrevo a escribir estas breves líneas.A Christian lo conocí en 1977, preparándose para su debú en Las Ventas. El, su hermano Alain y su leal mozo de espadas, Canalejas, recalaban en el bar Milano de Mari, cerca de la plaza Santa Ana, centro neurálgico de la tauromaquia. Recuerdo su franqueza y, sobre todo, su seriedad.

Quiero seguir recordando a Christian como persona. No lo desligo de su condición de torero. Nunca acepté invitaciones para ver sus actuaciones, quizá porque me gustab...

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Profundamente consternado por la noticia de la muerte del torero Nimeño II, Christian para los amigos, me atrevo a escribir estas breves líneas.A Christian lo conocí en 1977, preparándose para su debú en Las Ventas. El, su hermano Alain y su leal mozo de espadas, Canalejas, recalaban en el bar Milano de Mari, cerca de la plaza Santa Ana, centro neurálgico de la tauromaquia. Recuerdo su franqueza y, sobre todo, su seriedad.

Quiero seguir recordando a Christian como persona. No lo desligo de su condición de torero. Nunca acepté invitaciones para ver sus actuaciones, quizá porque me gustaba más tratarlo como persona. Hace dos meses quise verme con él. Llamé a Canalejas y me explicó su situación. No insistí, comprendí perfectamente la situación. No pudimos encontramos en Madrid porque yo estuve fuera. Ahora que ha pasado, saludo al entrañable e inolvidable amigo que deja huella, recuerdo. Envidio su última decisión, hecha con mucha voluntad. Yo no la tendría.-

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