González cierra filas en el PSOE reafirmando su amistad con Guerra

"Alfonso seguirá siendo amigo mío". Felipe González quiso atajar ayer con esa frase el desconcierto surgido en el PSOE después de que la semana pasada se supiera que Guerra comenta con sus hombres de confianza que González le echó del Gobierno. Frente a esa frase conciliadora de González, Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid y persona alejada del guerrismo, utilizó ayer el término, "conspiración" para aludir a reuniones de Alfonso Guerra con sus hombres de confianza en Madrid.

Los comentarios de González y Leguina precedieron ayer a la reunión en el palacio de la Monclo...

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"Alfonso seguirá siendo amigo mío". Felipe González quiso atajar ayer con esa frase el desconcierto surgido en el PSOE después de que la semana pasada se supiera que Guerra comenta con sus hombres de confianza que González le echó del Gobierno. Frente a esa frase conciliadora de González, Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid y persona alejada del guerrismo, utilizó ayer el término, "conspiración" para aludir a reuniones de Alfonso Guerra con sus hombres de confianza en Madrid.

Los comentarios de González y Leguina precedieron ayer a la reunión en el palacio de la Moncloa del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE con los presidentes socialistas de comunidades autónomas y con los secretarios regionales del partido. De las palabras de González se desprendía que éste pensaba llamar al cierre de filas entre los socialistas.Al acto asistían los dos máximos dirigentes del socialismo español, hoy aparentemente enfrentados. Pero también estaban presentes los dos personajes que más molestos se han sentido por los contactos mantenidos días atrás por Guerra con militantes madrileños de su confianza. Se trata de Joaquín Leguina y de Teófilo Serrano, este último elegido secretario de la Federación Socialista Madrileña (FSM) hace nueve meses con el apoyo de los guerristas y hoy calificado incluso de "traidor" por aquéllos.

"Quizá fuera una conspiración", comentó ayer Leguina en referencia a uno de los contactos de Guerra; "es probable que lo sea por reducción matemática al absurdo. ¿Qué otra cosa pudo ser?". "Aunque los periodistas puedan tener malévolas intenciones, no suelen inventarse las cosas", agregó el presidente madrileño, pese a que tanto Guerra como González han señalado que el número dos del PSOE "no declaró" que había sido echado del Gobierno.

Páginas 15 y 16

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