Aurelio Arteta y Karl Popper

Se lo había comentado perplejo a una amiga: "¿No habrá nadie que escriba algo medianamente inteligente en medio de este marasmo en el que el cinismo se ha vuelto cada vez más hortera y bochornoso, donde el pensamiento débil aparece por momentos más ruin y miserable y en el que lo advenedizo, lo mediocre, lo facilón y lo insustancial campan impunemente por sus respetos sofocando la mismísima capacidad de reacción a poco que uno baje la guardia?".Hojeaba descuidadamente EL PAÍS del día 2 de septiembre con cierto aire desgalichado propio de esta época estival mientras esperaba en la larga ...

Se lo había comentado perplejo a una amiga: "¿No habrá nadie que escriba algo medianamente inteligente en medio de este marasmo en el que el cinismo se ha vuelto cada vez más hortera y bochornoso, donde el pensamiento débil aparece por momentos más ruin y miserable y en el que lo advenedizo, lo mediocre, lo facilón y lo insustancial campan impunemente por sus respetos sofocando la mismísima capacidad de reacción a poco que uno baje la guardia?".Hojeaba descuidadamente EL PAÍS del día 2 de septiembre con cierto aire desgalichado propio de esta época estival mientras esperaba en la larga cola de la ventanilla de un banco. La rápida lectura del artículo de opinión de Aurelio Arteta Libertad para el cinismo me sorprendió tan gratamente que incluso galvanizó mi energía veraniega un tanto alicaída, devolviéndome al pronto la confianza en la sutileza, la fuerza, el rigor y la lucidez de la inteligencia humana, frente a tanta estupidez, tanto papanatismo y tanto amuermamiento generalizado. Gracias a Aurelio Arteta y a EL PAÍS.-