Tres personas mueren al estrellarse con su avioneta

Un instructor de vuelo y dos alumnos murieron ayer al estrellarse con su avioneta en la cañada Segoviana, en el término municipal de Villamanta. El aparato, que había sido adquirido de segunda mano en Estados Unidos por la empresa Aeromadrid, se precipitó a tierra por causas no precisadas, aunque según las primeras impresiones el siniestro se debió a un fallo mecánico. Teodoro López González, que pastoreaba sus ovejas a un kilómetro de distancia, vio caer la avioneta "dando volteretas" sobre sí misma.

El instructor de vuelo Jerónimo Cerisola y sus alumnos Santiago Bahamonde y César Gar...

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Un instructor de vuelo y dos alumnos murieron ayer al estrellarse con su avioneta en la cañada Segoviana, en el término municipal de Villamanta. El aparato, que había sido adquirido de segunda mano en Estados Unidos por la empresa Aeromadrid, se precipitó a tierra por causas no precisadas, aunque según las primeras impresiones el siniestro se debió a un fallo mecánico. Teodoro López González, que pastoreaba sus ovejas a un kilómetro de distancia, vio caer la avioneta "dando volteretas" sobre sí misma.

El instructor de vuelo Jerónimo Cerisola y sus alumnos Santiago Bahamonde y César Garrido despegaron de Cuatro Vientos a bordo de una avioneta Piper Seminole, propiedad de la empresa Aeromadrid. Sobre las 10.30, pocos minutos después de haber despegado, sobrevolaban la finca Cornatilla, cuando el pastor Teodoro López sintió "un ruido" que no sabe precisar. Miró hacia el lugar de donde procedía el sonido y vio cómo una avioneta "iba dando volteretas" antes de caer a tierra desde una altura de 200 metros, según sus cálculos.López corrió a contárselo al capataz, Cándido Casillas Pérez, que en unión del guarda de la finca, Diego Díaz Díaz, se acercó al lugar del siniestro. "Vimos a dos hombres muertos y a otro que había salido despedido de la avioneta. Pasó un helicóptero militar. Le di con la mano para indicarle que bajara. Después, el piloto ha llamado por radio y rápidamente han venido otros dos helicópteros", relata el capataz.

El carpintero Agustín Campos se asomo casualmente a la ventana de su casa de Villanueva de Perales y no podía dar crédito a sus, ojos cuando observó cómo una de las muchas avionetas que a diario pasan por encima de su tejado "se quedaba quieta en el aire, de repente daba un giro... y caía en picado".

Miembros de la Comisión Nacional de investigación de accidentes, dependiente de la Dirección General de Aviación Civil, se han hecho cargo e las investigaciones para aclarar el siniestro.

El director de Aeromadrid ha rechazado que éste se haya debido a un fallo mecánico, ya que la Piper dispone de dos motores, que, en caso de avería, funcionan de forma independiente. Tambien descarta un fallo humano en alguien tan experimentado como Cerisola.

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