Entrevista:Michael Stich Vencedor de Wimbledon 91

"Prefiero que no me reconozcan"

ENVIADO ESPECIALBoris Becker le lanzó el primer aviso inmediatamente después de su victoria: "La vida de Michael va a sufrir un cambio radical. Tal vez no lo note al principio, pero en un par de años se dará cuenta de lo mucho que ha cambiado. Michael es ahora una estrella, pero no todo lo que reluce es oro. Habrá gente que se aprovechará de él, otros no. Le costará mucho distinguirlo. Por eso me abracé a él cuando me derrotó, porque sé lo que le espera. Ahora está volando, pero, cuando aterrice, debe ser consciente de que ha ganado un partido de tenis, nada más". Becker sabe lo que dice. En l...

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ENVIADO ESPECIALBoris Becker le lanzó el primer aviso inmediatamente después de su victoria: "La vida de Michael va a sufrir un cambio radical. Tal vez no lo note al principio, pero en un par de años se dará cuenta de lo mucho que ha cambiado. Michael es ahora una estrella, pero no todo lo que reluce es oro. Habrá gente que se aprovechará de él, otros no. Le costará mucho distinguirlo. Por eso me abracé a él cuando me derrotó, porque sé lo que le espera. Ahora está volando, pero, cuando aterrice, debe ser consciente de que ha ganado un partido de tenis, nada más". Becker sabe lo que dice. En los últimos siete años ha disputado seis finales en Wimbledon y ha ganado tres, la primera con sólo 17. De ahí, tal vez, su extraña confesión: "Me siento viejo, muy viejo".

Stich asegura que está preparado para el viaje. "No sé exactamente qué es lo que me aguarda, pero espero contar con la ayuda de la gente para digerirlo. Ya veremos qué pasa porque estoy seguro de que me van a pasar muchas cosas". Sin duda. De entrada, en la conferencia de prensa, sucedió algo inusual. Un periodista, con el máximo respeto, le comentó "Michael, no sabemos demasiado sobre tí. No lo interpretes como un insulto, pero ¿te importaría explicarnos algunas cosas de tu vida?". La precaución estaba justificada. El día que Stich eliminó a Edberg, otro informador le preguntó: "¿Qué dirías a los que se preguntan quién es Stich?" La respuesta sonó como un guantazo: "Pasemos a otra pregunta". El domingo, sin embargo, compartió su historia.

Del relato se conservaron varios aspectos curiosos. Stich jugaba al fútbol en la posición de defensa libre en un equipo de Elmshorn, cerca de Hamburgo. Su padre. Detlef, viajaba siempre con el equipo para animar con su trompeta a Michael y a sus dos hermanos, Toersten y Andreas, también futbolistas. Cuando se proclamó campeón junior de tenis de Alemania, en 1986, colgó las botas. Dedicó entonces su tiempo al estudio, hasta 1988, cuando pasó a ser profesional.

"Mis primeros recuerdos de Winibledon son un par de partidos que ví por televisión de McEnroe y Borg. Sin embargo, creo que no puse tanta atención como el día que Boris consiguió su primer título. La impresión fue muy fuerte", dijo.

La ex novia de Stich, Karen Krueger, asegura que Michael es aburrido, gris, "de los que conducen un Opel Senator cuando pueden llevar un Porsche". Michael respondió: "No tengo necesidad de dar la nota.

Prefiero que no me reconozcan, para así vivir tranquilo".

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