Entrevista:

"La selección debe encontrar sus señas de identidad"

Vicente Miera quiere un equipo de trabajo en el que todos piensen "en voz alta"

"La selección española de fútbol debe encontrar sus señas de identidad, su personalidad, su propio estilo...", afirma Vicente Miera, que asume la responsabilidad de dirigirla en una etapa corta en principio, hasta el 31 de diciembre de 1992, pero que él está decidido a alargar a fuerza de "ilusión y resultados". Desde su experiencia como mano derecha de Miguel Muñoz de 1982 a 1986, cuando alcanzó el subcampeonato europeo y fue cuartofinalista mundial, quiere formar un equipo de trabajo con los restantes técnicos federativos en el que todos piensen "en voz alta".

Pregunta. ¿Por qu...

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"La selección española de fútbol debe encontrar sus señas de identidad, su personalidad, su propio estilo...", afirma Vicente Miera, que asume la responsabilidad de dirigirla en una etapa corta en principio, hasta el 31 de diciembre de 1992, pero que él está decidido a alargar a fuerza de "ilusión y resultados". Desde su experiencia como mano derecha de Miguel Muñoz de 1982 a 1986, cuando alcanzó el subcampeonato europeo y fue cuartofinalista mundial, quiere formar un equipo de trabajo con los restantes técnicos federativos en el que todos piensen "en voz alta".

Pregunta. ¿Por qué cree que ha sido preferido a Javier Clemente?

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Respuesta. No lo sé. Me imagino que porque se habrá llegado a la conclusión de que en este momento soy quien puede ocuparse con mayor solvencia del conjunto. Supongo que también se habrá tenido en cuenta mi pasada experiencia junto a Muñoz. El simple hecho de figurar entre los candidatos a sustituir a Luis Suárez ya era un motivo suficiente para que me sintiese halagado., En España hay muy buenos entrenadores.

P. Algunos, más polémicos que otros.

R. Cada cual tiene su forma de ser.

P. El caso es que, al fin, se convierte en el responsable máximo.

R. Mi labor no va a ser muy distinta de la que realicé durante aquellos cuatro años, que me sirvieron para adquirir un amplio conocimiento del fútbol internacional. Pero, en efecto, el gran matiz diferenciador es que ahora las decisiones las tornaré yo.

P. Sus ayudantes...

R. Quiero reunirme la próxima semana con Ladislao Kubala, Jesús Pereda, Juan Santisteban... Mi intención es coordinar un equipo en el que todos pensemos en voz alta. Nadie puede abarcarlo todo. Es preciso contar con la ayuda de gente capacitada, exigente de sí misma, con una dedicación plena...

P. Cuando usted abandonó la sede federativa de Alberto Bosch, la selección había sido la subcampeona en el Campeonato de Europa de Francia 84 y cuartofinalista, derrotada por penaltis por Bélgica, en el del Mundo de México 86. Pero no ha mantenido aquel nivel. Es posible que ya ni siquiera alcance la fase Final del Europeo de Suecia 92.

R. La perspectiva es otra sí Por ejemplo, se clasificó para del Mundial de Italia 90 con holgura. Pero en ella no dio el tono adecuado. Un torneo de esas características siempre reúne, eso sí, condicionamientos especiales. Los jugadores han de hallarse en el estado justo tanto física como anímicamente. Quizá les faltase concentración.

P. Su antecesor, Suárez, perdió los papeles. Su disputa con Pereda fue pública y notoria.

R. No debería haber sido así.

P. Luego, de mal en peor.

R. Me temo que Suárez no ha podido superar determinados problemas de relaciones personales y que su destitución se ha derivado de ellos. Y es que en los últimos partidos la impresión causada por el cuadro ha sido negativa, pero hay que considerar que sólo eran amistosos y que aquél los afrontó como bancos de pruebas.

"La imagen, decisiva"

P. Los próximos encuentros van en serio. El rival de septiembre es Islandia; el de octubre, Francia, que lleva seis puntos a España y depende de sí misma; el de noviembre, Checoslovaquia, y el de diciembre, Albania. Pero usted, con las circunstancias en contra, tiene más a ganar que a perder, ¿no?

R. Me consta que la imagen que ofrezcamos en ellos será decisiva para mi futuro. Los encararemos con ilusión y confiando en que los resultados nos acompañen. Fue una lástima que se perdiera en Praga, donde se pudo vencer. Ése es el hándicap con el que se carga. Por otra parte, es muy curiosa la mutación francesa. Con Michel Platini, todo él exquisitez técnica sobre el césped, lo que prevalece es el empuje. Ha formado un once muy aguerrido.

P. Tal vez sea porque la calidad de los futbolistas galos ya no es, en general, la del decenio de los ochenta.

R. Tal vez, sí.

P. Mientras tanto, algunos españoles, como los de la quinta de El Buitre, están envejeciendo sin responder a las grandes expectativas que levantaron.

R. Michel y Butragueño, que ya estuvieron con Muñoz y conmigo en México, como los demás, aún tienen tiempo por delante para demostrar con triunfos de fronteras afuera sus notables condiciones. Están algo marcados porque les ha faltado eso, conquistar Europa, con el Real Madrid. Pero todavía no han dicho su última palabra.

P. Los barcelonistas, los campeones de la Liga, son los que están ahora de moda.

R. A veces, es bueno disponer de líneas en bloque, compenetradas. Pero hay que escoger siempre a los mejores. Ocurre como con las tácticas. Que si los marcajes al hombre, que si por zonas... Lo básico es que lo que se haga se haga bien.

P. Entonces...

R. Nuestro fútbol es bueno y competitivo, aunque el Manchester United acabe de vencer a un Barcelona acaso demasiado relajado en la Recopa. Desde esa premisa, mi deseo es que la selección halle sus señas de identidad, su personalidad, su propio estilo... No debe seguir jugando en función del adversario. No podemos pasarnos horas y horas estudiando cómo se va a desenvolver para actuar nosotros en consecuencia. No sé... Incluso se ha hablado últimamente de modo peyorativo de la furia española. A mi entender, habría que recuperarla en su buen sentido, recobrar el carácter.

"Todo este asunto se podía haber llevado con mayor discreción"

La complejidad exhibida por el presidente de la federación, Ángel María Villar, en la designación del sustituto de Luis Suárez al frente del equipo nacional es comprendida sólo en parte por Vicente Miera. "El asunto terminó adquiriendo una dimensión insospechada. La bola se fue agrandando y agrandando. Todo se podía haber llevado con mayor discreción. Pero, claro, también era lógico que surgieran las dudas cuando se trataba de nombrar a alguien para un cargo de tanta responsabilidad", expone.

P. ¿Es verdad que usted, en privado, confesó sentirse humillado cuando, descartados Javier Irureta y Luis Aragonés, se le confrontó de improviso con Javier Clemente?

R. Lo que experimenté fue cierta inquietud. Sabía que tenía claras posibilidades de ser elegido. Se me había planteado una oferta concreta y la había aceptado. Cuando la terna inicial se deshizo y me quedé solo, creí que el acuerdo sería rápido. Pero entonces se extendieron extraños rumores según los cuales incluso parecía que las conversaciones conmigo se habían desarrollado de modo diferente al real.

P. Villar cambió su favorito, de Irureta a Clemente. Si éste se hubiera impuesto en la votación definitiva de los directivos...

R. Como somos amigos, le habría felicitado y me hubiera puesto a su disposición para colaborar con él en cuanto estimase oportuno. Sé que él va a proceder de la misma manera.

P. Miguel Muñoz optó por usted como ayudante suyo con el propósito de que fuera su relevista natural. Un recorte presupuestario acabó excluyéndole, sin embargo, del organigrama. Pero nunca es tarde si...

R. En efecto. Cuando Pablo Porta era el presidente, Muñoz, que me conocía a fondo, le propuso que yo fuese su segundo y terminara reemplazándole, por lo que hasta despachábamos los tres juntos. Difícilmente habría aceptado ese cometido de no haber sido así. Pero todo fue distinto para mí bajo la dirección de José Luis Roca. En Fin, la ocasión se me ha brindado ahora. Espero que la dicha sea buena.

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