Atravesando la tormenta

La pequeña tormenta que se ha ido fraguando esta semana está haciendo mella en bastantes valores. Son muchos los inversores que se declaran cansados de la atención que exige la Bolsa en los últimos meses, y ahora que parecía llegada la hora de un cierto respiro se lamentan de tener que continuar con los Ojos bien abiertos. No hay respiro, y buena parte de la inversión sigue moviéndose en rápido zigzag. Algunas de las tomas realizadas ayer, como las descargas de anteayer, corroboran que hacer y deshacer posiciones con rapidez parece ser todavía el mejor remedio para evitar sustos.Sólo los acérr...

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La pequeña tormenta que se ha ido fraguando esta semana está haciendo mella en bastantes valores. Son muchos los inversores que se declaran cansados de la atención que exige la Bolsa en los últimos meses, y ahora que parecía llegada la hora de un cierto respiro se lamentan de tener que continuar con los Ojos bien abiertos. No hay respiro, y buena parte de la inversión sigue moviéndose en rápido zigzag. Algunas de las tomas realizadas ayer, como las descargas de anteayer, corroboran que hacer y deshacer posiciones con rapidez parece ser todavía el mejor remedio para evitar sustos.Sólo los acérrimos seguidores de los charts y las matemáticas parecen cómodamente instalados en la complicidad de que la Bolsa acostumbra a obedecer a las matemáticas y no al revés. Para estos inversores, entrar y salir se ha convertido en algo mecánico, pero rentable. Aquí las reglas del juego las marcan soportes conocidos. Entretanto, la inversión extranjera sigue retornando paulatinamente a nuestra Bolsa. Si esta tónica se mantiene, la mayor estabilidad y duración de los extranjeros en Bolsa puede contribuir a dar estabilidad y mayor fondo a un mercado que se está moviendo a excesiva velocidad.

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