Los pacifistas no quieren ir al 'paro'

A los cinco años del referéndum sobre la Alianza Atlántica, buscan nuevas estrategias

La guerra ha terminado, pero los pacifistas no quieren ir al paro. Las plataformas por la paz se diluyen y cada organización busca su estrategia al cumplirse cinco años de su anterior alianza: el referéndum de la OTAN. Ahora no se vive la sensación de derrota de entonces. Pocos dudan de que la guerra del Golfo estará en el trasfondo de las elecciones municipales. Mientras, queda el auge de la objeción de conciencia y la insumisión. Es la estela de una guerra culminada con la victoria del Gobierno ante la opinión pública, finalmente más comprensiva con el apoyo logístico a EE UU.

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La guerra ha terminado, pero los pacifistas no quieren ir al paro. Las plataformas por la paz se diluyen y cada organización busca su estrategia al cumplirse cinco años de su anterior alianza: el referéndum de la OTAN. Ahora no se vive la sensación de derrota de entonces. Pocos dudan de que la guerra del Golfo estará en el trasfondo de las elecciones municipales. Mientras, queda el auge de la objeción de conciencia y la insumisión. Es la estela de una guerra culminada con la victoria del Gobierno ante la opinión pública, finalmente más comprensiva con el apoyo logístico a EE UU.

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La paz les pilló por sorpresa. El 28 de febrero, un grupo de cantantes daba los últimos toques al recital antibélico previsto para el domingo 3 de marzo en el paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid. Del concierto, al desconcierto. Hubo fuertes discusiones antes de suspenderlo. "Corno el lema era parar la guerra y ésta ya se había acabado, no tenía demasiado sentido hacerlo", explica el cantautor Luis Eduardo Aute.Tampoco tiene ya sentido ni es viable mantener las plataformas contra la guerra, según sus protagonistas. Estas coordinadoras, convocantes de actos y manifestaciones, han agrupado a IU, sindicatos como UGT, Comisiones Obreras y CGT, Comisión Anti-OTAN, y otros grupos sociales, pacifistas y antimilitaristas. La próxima semana está previsto certificar la defunción de las alianzas.

Eso no quiere decir tirar la toalla. Es la hora del balance y del diseño de nuevas estrategias. IU pretende que las plataformas de profesionales se mantengan. "El objetivo es crear una organización que defienda el pacifismo y la solidaridad con el Tercer Mundo", afirma Miguel Ángel Blanco, coordinador de la Comisión de Paz de IU. No cree que la actitud del grupo en contra de la guerra le vaya a proporcionar un "aumento espectacular de votos" en las elecciones del próximo 26 de mayo.

IU hace un balance positivo. "Se ha consolidado una cultura pacifista y hay bastantes perspectivas de mantener un movimiento fuerte por la paz", afirma Blanco. En cuanto al aumento del respaldo ciudadano al apoyo prestado por el Gobierno en el conflicto, notablemente mayor tras el fin de la guerra, cree que no jugará a la contra: "No son nuestros votantes".

También hay un relativo optimismo en la Comisión Anti-OTAN, próxima a los trotskistas Movimiento Comunista y Liga Comunista Revolucionaria. "Esto ha sido Jauja, comparado con otros países en los que la gente apenas ha salido a la calle. Gracias a las movilizaciones se ha frenado la colaboración del Gobierno con EE UU", afirma su portavoz, Manuel Gari. Por una vez está de acuerdo con el ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que reconoció veladamente el peso de la presión callejera sobre el Gobierno.

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Juicio a los vencedores

La comisión prepara ahora un juicio a los vencedores de la guerra". Vuelve a su guerra tradicional con una campaña "de largo aliento" contra las bases norteamericanas y la renovación del tratado con Estados Unidos, que vencerá dentro de dos años y medio. Parecida es también la batalla de Unificación Comunista, promotora de las 300.000 firmas en pro de un referéndum sobre las bases que se entregarán mañana en el Congreso. El Sindicato de Estudiantes prepara "una campaña contra la paz imperialista", afirma su presidente, Juan Ignacio Ramos.El conflicto del Golfo, que ha renovado la polémica sobre el servicio militar -pendiente de reforma-, deja como poso el aumento de la objeción de conciencia, la insumisión y varios desertores. "La guerra nos ha reforzado muchísimo", afirma el portavoz de la Koordinadora de Kolectivos Antimili, Ricardo Rubio.

El portavoz del Movimiento de Objetores de Conciencia (MOC), Rafael Ajanguiz, coincide pero añade una nota más pesimista: "Había que haber hecho algo más que manifestaciones Unos sectores han revalidado su antimilitarismo, pero otros han hecho lo mismo con el belicismo".

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