Wall Street rebasó dos veces la barrera de los 3.000 puntos

La Bolsa de Nueva York rebasó ayer en dos ocasiones la barrera de los 3.000 puntos, momento a partir del cual se ponen en marcha las órdenes de venta por ordenador. Según los analistas, por esta causa y por el miedo de los inversores a cruzar por primera vez en la historia este límite, finalmente Nueva York cerró con un moderado alza.En efecto, el índice Dow Jones se situó a 2.973,27 puntos con una ganancia de 0,75 puntos. Por otra parte, el continuado mal comportamiento de los bonos amortiguó el optimismo de los inversores.

Ello no impidió, sin embargo, que se produjera un efecto arras...

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La Bolsa de Nueva York rebasó ayer en dos ocasiones la barrera de los 3.000 puntos, momento a partir del cual se ponen en marcha las órdenes de venta por ordenador. Según los analistas, por esta causa y por el miedo de los inversores a cruzar por primera vez en la historia este límite, finalmente Nueva York cerró con un moderado alza.En efecto, el índice Dow Jones se situó a 2.973,27 puntos con una ganancia de 0,75 puntos. Por otra parte, el continuado mal comportamiento de los bonos amortiguó el optimismo de los inversores.

Ello no impidió, sin embargo, que se produjera un efecto arrastre en las demás bolsas a lo largo de la jornada. Así, los mercados bursátiles internacionales disfrutaron ayer de una euforia compradora que se tradujo en importantes alzas de las cotizaciones. En opinión de los operadores, el optimismo generalizado se produjo por las expectativas respecto a la economía norteamericana que podría superar la recesión con más rapidez de lo previsto inicialmente.

Por otra parte, el gran exceso de liquidez en manos de las instituciones va encaminándose paulatinamente hacia los valores de renta variable ocasionando lo que los expertos denominan "pánico comprador", es decir, el miedo a quedarse fuera de un ciclo alcista.

En este contexto, la Bolsa de Londres se situó a mediodía en 2.480, superando así su máximo histórico de 2.479 alcanzado el 20 de enero de 1990.

En París, el Cac-40 consiguió situarse en el nivel más alto en siete meses, al subir un 1,13%, al tiempo que el volumen de contratación aumentaba sensiblemente. Mientras, en Francfort, las cotizaciones subían un 3,5% gracias a la fuerte afluencia de órdenes compradoras provenientes del exterior.

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