Major sale ileso de un ataque del IRA a su residencia oficial

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) arrebató ayer al conflicto del golfo Pérsico el dudoso privilegio de abrir los informativos de medio mundo al atentar con fuego de mortero contra el primer ministro británico, que resultó ileso. John Major se encontraba reunido en su residencia londinense del número 10 de Downing Street, presidiendo una reunión de su Gabinete de guerra, cuando un proyectil, lanzado desde una furgoneta, hizo impacto y estalló en el jardín, y otros dos cayeron, sin llegar a explotar, en la explanada aledaña.

El daño resultó finalmente más psicológico que material, au...

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El Ejército Republicano Irlandés (IRA) arrebató ayer al conflicto del golfo Pérsico el dudoso privilegio de abrir los informativos de medio mundo al atentar con fuego de mortero contra el primer ministro británico, que resultó ileso. John Major se encontraba reunido en su residencia londinense del número 10 de Downing Street, presidiendo una reunión de su Gabinete de guerra, cuando un proyectil, lanzado desde una furgoneta, hizo impacto y estalló en el jardín, y otros dos cayeron, sin llegar a explotar, en la explanada aledaña.

El daño resultó finalmente más psicológico que material, aunque éste también fue notable. Afortunadamente, sólo se registraron algunos heridos leves, pero el IRA demostró que era capaz de atentar contra el centro neurálgicoo del Estado junto al Ministerio de Defensa y el Parlamento, tal vez en la zona de Londres más protegida por las fuerzas de seguridad.Ni Major ni ninguno de los ministros y altos funcionarios que se encontraban con él sufrieron daño alguno, pero una fuente próxima a los reunidos dijo que todos ellos sintieron cómo el helado viento del invierno londinense entraba en la estancia. Las ventanas tienen una protección especial, pero sus cristales no resistieron la onda expansiva de la explosión. En el jardín quedó la huella de un enorme cráter como símbolo de la tragedia que pudo producirse.

Las dudas iniciales sobre la autoría del atentado se desvanecieron a media tarde con la reivindicación del IRA, cuya marca llevaba la acción terrorista, muy similar a la que en 1985 se cobró nueve vidas en una comisaría del Ulster.

Major aseguró poco después ante el Parlamento que se trataba de un "deliberado intento de asesinar al Gobierno". Era inevitable la evocación de otra acción de los activistas norirlandeses. Fue en 1984, en Brighton, y su objetivo era la entonces primera ministra, Margaret Thatcher. Ella salió ilesa, pero hubo cinco muertos. Me hallo extremadamente impresionada", declaró la dama de hierro al conocer la noticia.

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