Inicio del juicio por el asesinato de dos prostitutas en El Lobo Feroz
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid Inicia hoy el juicio contra Santiago Sanjosé Pardo, acusado del asesinato de dos prostitutas y de haber ocultado con yeso y ladrillos los cadáveres en el sótano del mesón El Lobo Feroz.
El fiscal, en sus conclusiones provisionales, califica los hechos de dos delitos de asesinato consumado, otro en grado de frustración y dos de inhumación ilegal, por lo que solicita una condena de 74 años y seis meses.
Según el fiscal, los hechos sucedieron cuando a finales de agosto de 1987 el procesado, que explotaba el citado mesón, cont...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid Inicia hoy el juicio contra Santiago Sanjosé Pardo, acusado del asesinato de dos prostitutas y de haber ocultado con yeso y ladrillos los cadáveres en el sótano del mesón El Lobo Feroz.
El fiscal, en sus conclusiones provisionales, califica los hechos de dos delitos de asesinato consumado, otro en grado de frustración y dos de inhumación ilegal, por lo que solicita una condena de 74 años y seis meses.
Según el fiscal, los hechos sucedieron cuando a finales de agosto de 1987 el procesado, que explotaba el citado mesón, contrató los servicios de la prostituta María Luz Varela Alonso.
Ya en el mesón, y cuando María Luz se desnudaba, el acusado cogió un cuchillo y, según el Fiscal, le asestó varias cuchilladas que le causó la muerte.
Posteriormente, bajó el cadáver al sótano, donde estuvo varios días. Pasado ese tiempo, cubrió el cadáver con tela y una bolsa de plástico y echó por encima yeso, para ocultarlo. El cuerpo fue descubierto el 26 de enero de 1989, cuando se hicieron unas obras en el sótano.
El segundo asesinato lo cometió, según las conclusiones provisionales del fiscal, el 12 de octubre de 1987, cuando contrató los servicios de otra prostituta, que aún no ha podido ser identificada. Se trasladaron al mesón y la asesinó, y ocultó el cadáver de la misma forma que el anterior.
Por último, el 26 de diciembre de 1987 quiso matar a Araceli Fernández Regadea, quien comenzó a gritar y a pedir auxilio, lo que permitió que llegara la policía, que detuvo a Sanjosé.
El juicio estaba previsto para hace algunos meses, pero la incomparecencia del abogado defensor, Boto Escamilla, hizo que se retrasara hasta hoy.