El soldado de Zamora desaparecido en 1987 murió de un disparo en la cabeza

Los resultados de los análisis del Instituto Nacional de Toxicología sobre los restos humanos del soldado José María Carnero Fernández, encontrados, después de que desapareciese el 8 de abril de 1987, en el campo de tiro de Monte La Reina (Zamora) confirman la "muerte violenta" del joven, como consecuencia de "un disparo de arma de fuego potente introducida en la boca", según confirmó el juez Jesús Pérez Serna, del Juzgado de Instrucción de Toro.

El juez, no obstante, descartó ante los medios de comunicación que se pueda hablar de un suicidio y todas sus actuaciones, aseguró, se cen...

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Los resultados de los análisis del Instituto Nacional de Toxicología sobre los restos humanos del soldado José María Carnero Fernández, encontrados, después de que desapareciese el 8 de abril de 1987, en el campo de tiro de Monte La Reina (Zamora) confirman la "muerte violenta" del joven, como consecuencia de "un disparo de arma de fuego potente introducida en la boca", según confirmó el juez Jesús Pérez Serna, del Juzgado de Instrucción de Toro.

El juez, no obstante, descartó ante los medios de comunicación que se pueda hablar de un suicidio y todas sus actuaciones, aseguró, se centrarán en torno a una "mueret violenta". El juez precisó, en compañía del médico forense del juzgado, Antonio González, que los análisis confirman la personalidad y la fecha de la muerte de José María Carnero Fernández, un médico, natural de Villalobos (Zamora), que tenía 27 años en 1987.El juez Pérez Serna añadió que aún restan por recibirse en el juzgado de Toro varios informes imprescindibles para intentar completar el caso: el de balística sobre el arma hallada junto a los restos humanos, el de criminalística y el biológico sobre la tierra recogida en el lugar donde aparecieron los restos el 11 de noviembre pasado.

Jesús Pérez Serna señaló que su Juzgado estaba a la espera de una resolución de la sala de conflictos del Tribunal Supremo, a la que ha solicitado que se pronuncie sobre si el caso debe seguirse en el juzgado de Toro o ante el juzgado togado militar de Valladolid, una vez que éste rechazó la petición de inhibición formulada por el juez Pérez Serna.

Por su parte, el padre del soldado, José María Carnero Osorio, mantiene sus dudas y su escepticismo sobre las causas y la forma en que se produjo la muerte de su hijo. Carnero Osorio acepta la causa de la muerte por un disparo, pero permanece cuestionándose por qué su hijo no fue encontrado el mismo día en que murió, pese a los múltiples rastreos efectuados en la zona donde desapareció. "Lo que habrá que comprobar es si ese tiro se lo pegó él o se lo ha metido otro", añadió el padre, quien rechaza de plano la hipótesis del suicidio y sostiene que a su hijo lo mataron.

Antonio González, el médico forense, en la ampliación de los datos de los análisis sobre la causa de la muerte de Carnero Fernández, resaltó que se trata de "una muerte violenta, que se produjo como consecuencia de un gran traumatismo en la cabeza. Este traumatismo", añadió, "se produjo como consecuencia de un disparo dentro de la boca, que sigue una trayectoria parasagital derecha y que sale por la región posterior del cráneo".

El forense explicó, no obstante, que con estos datos no se podía determinar en ningún caso cuál era la posición del arma en el momento de ser disparada. El juez Pérez Serna no quiso anticipar ninguna de sus próximas actuaciones.

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