Tribuna:EL OMBUDSMAN

Judíos

Algunos lectores se quejan de que el adjetivo judío aparece con una frecuencia innecesaria en las páginas del diario y en contextos que van más allá de la mera descripción de la identidad religiosa. Dos ejemplos: un reportaje sobre las fotografías inéditas de Robert Capa sobre la guerra civil que acaba de editar el Ministerio de Asuntos Exteriores y la calificación del periodista argentino Jacobo Timerman como "judío ucraniano" en la presentación de un artículo suyo sobre el exilio cubano en Miami. En el reportaje sobre Capa, el autor se refiere a su amigo y colaborador David Szymine (Seymour)...

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Algunos lectores se quejan de que el adjetivo judío aparece con una frecuencia innecesaria en las páginas del diario y en contextos que van más allá de la mera descripción de la identidad religiosa. Dos ejemplos: un reportaje sobre las fotografías inéditas de Robert Capa sobre la guerra civil que acaba de editar el Ministerio de Asuntos Exteriores y la calificación del periodista argentino Jacobo Timerman como "judío ucraniano" en la presentación de un artículo suyo sobre el exilio cubano en Miami. En el reportaje sobre Capa, el autor se refiere a su amigo y colaborador David Szymine (Seymour), o Chim, como el judío polaco".Susan Linnee ha escrito al Ombudsman para señalar que esa identificación no responde a ninguna razón evidente, ya que la información era sobre fotografías de la guerra civil española, y no sobre religión. "Y si tuviera que ver con la religión de los protagonistas de esta historia", añade la lectora, "entonces el periodista también tendría que haber mencionado que Edre Erno Friedmann, o Robert Capa, como se hizo llamar en 1936, también era judío, pero de Hungría. La única relación que puedo ver entre la religión de estos hombres, conocidos por ser fotógrafos y fundadores de la agencia Magnum, es que, por ser judíos, tuvieron que abandonar sus países de origen frente a la amenaza nazi

"En las páginas de EL PAÍS se ve a menudo esta identificación superflua de judío; también se ve musulmán, a menudo utilizado no para indicar qué prácticas religiosas pueda tener la persona citada -si esto tuviera interés-, sino para tildarle de algo más allá de la religión. Y se nota la ausencia de identificaciones como católico, protestante, hindú, budista. ¿Por qué?".

Tanto en el caso que señala la lectora como en el del periodista argentino Jacobo Timerman, la calificación de judíos parece superflua, ya que no añade información pertinente. Jacobo Timerman nació en Ucranla, pero llegó con cinco años a Argentina, jamás volvió a su tierra de origen y se ha convertido en uno de los periodistas más prestigiosos de su país.

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Respuesta

Ángel Santa Cruz, redactor jefe de la edición dominical, explica por qué utilizó el término en la presentación del artículo sobre el exilio cubano en Miami: "Los términos Judío ucraniano' sólo pretendían ser una pincelada impresionista que sugiriera al lector el origen y la azarosa vida de un periodista 'que sufrió persecución y cárcel por la dictadura militar argentina, experto en temas de Oriente Próximo y autor de un libro reciente sobre Cuba'. Evidentemente, las dos palabras de marras no añaden nada a la información, pero probablemente, junto con el resto entrecomillado, sí sirven para hacer menos oscura la figura del autor. No tengo mala conciencia".

El Ombudsman preguntó a Jacobo Timerman cuál era su impresión cuando se veía descrito de esa manera. "Decir de mí que soy judío ucraniano es completamente ridículo. Aunque sea judío y nací en Ucrania. Como periodista, soy argentino, y punto. Cuál es mi origen, mi religión, dónde nací, está fuera de lugar. Si usted quiere describir a John Kenneth Galbralth, el economista norteamericano, nunca va a decir Galbralth, 'el católico canadiense', porque lo curioso es que no nació en Estados Unidos, sino en Canadá, e incluso tuvo cargos en el Gabinete de Franklin Roosevelt sin adoptar la ciudadanía norteamericana".

"Nadie presentaría a un periodista diciendo es un 'católico venezolano", añadió Timerman. "Diría un periodista venezolano. Muchas veces he meditado por qué EL PAÍS utiliza tanto el término judío, y tengo la impresión de que, después de muchos años, la palabra judío tiene un atractivo muy extraño sobre los españoles. El término judío lo emplean con mucha más frecuencia de lo necesario, mucho más que en otros países del mundo. Por qué les atrae, no lo sé".

En este país es corriente entre los periodistas, pero también entre los políticos, las alusiones, a veces agresivas, que hacen referencia a la conciencia individual, al ámbito de las creencias personales, como es el caso de la religión, una de las instancias íntimas de la conciencia individual. Recientemente se han cruzado descalificaciones entre conocidos dirigentes políticos del país sobre supuestas pertenencias al Opus Dei o la masonería. Suele ocurrir también con los judíos, aunque los tiempos de la conspiración judeo-masónica parecen haber sido superados. La afición al misterio o la sospecha de misterio engendran explicaciones tan simples como inútiles y a veces, como ha demostrado la historia, peligrosas.

El teléfono directo del Ombudsman es el 754 54 53 de Madrid.

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