GENTE

Pavlina Reznicková

Una ilustradora de cuentos, embajadora de un dramaturgo

A los 46 años, su vida ha experimentado un cambio radical, en el que el dramaturgo y actual presidente de Checoslovaquia, Vaclav Havel, que el martes inició su primer viaje oficial a España, ha tenido mucho que ver. Pavlina Reznicková ha dejado a un lado su solitaria y silenciosa actividad de ilustradora de libros infantiles para hacerse cargo de la Embajada de Checoslovaquia en Madrid. Amiga del dramaturgo Havel, esta mujer, divorciada de un catalán y madre de una niña de 13 años, ha renunciado a la nacionalidad española y se ha acogido de nuevo a la de su país de nacimiento para ser la prime...

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A los 46 años, su vida ha experimentado un cambio radical, en el que el dramaturgo y actual presidente de Checoslovaquia, Vaclav Havel, que el martes inició su primer viaje oficial a España, ha tenido mucho que ver. Pavlina Reznicková ha dejado a un lado su solitaria y silenciosa actividad de ilustradora de libros infantiles para hacerse cargo de la Embajada de Checoslovaquia en Madrid. Amiga del dramaturgo Havel, esta mujer, divorciada de un catalán y madre de una niña de 13 años, ha renunciado a la nacionalidad española y se ha acogido de nuevo a la de su país de nacimiento para ser la primera embajadora de la Checoslovaquia democrática en España.Fue en las escaleras de un edificio de Praga, las navidades pasadas, donde se produjo el primer encuentro entre el recién elegido presidente Vaclav Havel y su amiga Pavlina Reznicková. Ella, hospedada en un piso inferior al de Havel, se dirigió a felicitar a su amigo. Y allí, en el descansillo de las escaleras, el dramaturgo, convertido en político, le ofreció la embajada de España a una mujer graduada en la escuela de Bellas Artes de Praga en la especialidad de cine de dibujos animados y dedicada en los últimos años a ilustrar libros infantiles y juveniles.

Pavlina Reznicková conoció en Praga al cineasta español Juan Acarin Tusell. Se casaron en 1971 y, después de cinco años en la capital checoslovaca, se vieron obligados a salir del país, ya que a su marido no le renovaron el permiso de residencia. Con 32 años se trasladó a Barcelona, donde llegó un mes después de la muerte de Franco y donde ha residido desde entonces.

"A mí siempre me ha ganado la curiosidad", dice Pavlina Reznicková a modo de explicación del porqué de sus radicales cambios en la vida. Nunca ha sido una activista política -"yo crecí con la sensación de que no se podía hacer nada"- y tardó más de cuatro meses en decidirse ante la proposición de Havel. Ahora no se arrepiente, ha descubierto facetas nuevas en su persona y dice que la actividad es fascinante, pero su futuro no lo ve en la política. "Esto es una jugada del destino

Conoció a Havel, hijo de una familia rica de Praga, en 1967. "Fue en un club donde había una mesa con gente sentada. Me chocó sobremanera la frase de una persona redonda que decía: 'Es una idea muy buena'. Era Havel. Me impresionó su postura positiva en un ambiente de posturas tan negativas como en el que crecimos".

Para Pavlina, la transición democrática española, experiencia que ella vivió en su totalidad, tiene aspectos interesantes para su país. "Lo más aprovechable, desde el punto de vista político, es la postura democrática y sin agresividad de los españoles hacia los adversarios". Sin embargo, es pragmática, y no suaviza con matices políticos y diplomáticos sus previsiones para el futuro de su país. "Claro que los checoslovacos quieren vivir en democracia, pero, como no saben lo que es se la imaginan a su manera, como si fuera un paraíso, y por eso la gente está desilusionada. Han sido obligados a sacrificar sus vidas durante 40 años y yo no sé si están dispuestos a pasar 10 años de penurias".

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