La Caixa frenará el ritmo de su expansión fuera de Cataluña para consolidar la fusión

La supercaixa frenará en 1991 su ritmo de expansión territorial para consolidar el proceso de fusión. La expansión geográfica quedará condicionada "a que la cuenta de resultados pueda absorber sin ningún problema el crecimiento", según fuentes ejecutivas de La Caixa. Estas fuentes explicaron la caída de los beneficios en este ejercicio por las inversiones dedicadas a la expansión, la estructura conservadora de la cartera de valores e inmuebles de la entidad, los propios efectos de la fusión, la reconversión del balance y, en menor medida, por los efectos bursátiles de la crisis del Golfo.
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La supercaixa frenará en 1991 su ritmo de expansión territorial para consolidar el proceso de fusión. La expansión geográfica quedará condicionada "a que la cuenta de resultados pueda absorber sin ningún problema el crecimiento", según fuentes ejecutivas de La Caixa. Estas fuentes explicaron la caída de los beneficios en este ejercicio por las inversiones dedicadas a la expansión, la estructura conservadora de la cartera de valores e inmuebles de la entidad, los propios efectos de la fusión, la reconversión del balance y, en menor medida, por los efectos bursátiles de la crisis del Golfo.

En los nueve primeros meses de este año, la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona (La Caixa), entidad resultante de la fusión entre la Caja de Pensiones y la Caixa de Barcelona, alcanzó unos resultados de 9.649 millones de pesetas, frente a los 24.326 millones contabilizados en el mismo periodo de 1989 si se agregan los obtenidos entonces por las dos cajas por separado. En octubre la entidad de ahorro ha logrado unos beneficios de 1.550 millones. Las previsiones de la cúpula directiva de la entidad de ahorro sitúan el horizonte de resultados a final de año entre los 23.000 y los 25.000 millones de pesetas brutas, repitiendo los 23.390 millones ganados en 1989.Para corregir el excesivo peso de la expansión sobre la cuenta de resultados y al mismo tiempo consolidar el proceso de fusión, La Caixa concentrará sus esfuerzos en 1991 en la potenciación del mercado catalán, en el que actualmente ostenta ya un liderazgo palpable: el 60% del crédito y el 66% del ahorro del total de cajas que operan en Cataluña y un 33% del pasivo total y el 30% del ahorro si se incluye a los bancos.

Esta potenciación del mercado interior se realizará reforzando la oferta de servicios, no mediante la apertura de nuevas oficinas. Esta nueva oferta se concentrará en la captación del negocio de las familias, según fuentes ejecutivas de La Caixa, que opinan que "todo lo que gira en torno a la familia y a vivienda es un campo al que se le debe sacar todavía un gran rendimiento, tanto por la vía del crédito -a la vivienda y a sus complementos: reformas, electrodomésticos, etcétera- como por la del seguro y los planes de pensiones".

"En 1991 creceremos a razón de entre 50 y 60 nuevas oficinas fuera de Cataluña, frente a un ritmo actual de entre 100 y 150 de los últimos años. Las previsiones de expansión se realizaron sin que estuviera prevista la fusión de las dos entidades, que ahora nos obliga a reforzar nuestra presencia en Cataluña. Eso no significa que se abandone la expansión, sino que el ritmo queda condicionado a que pueda ser absorbido sin ningún problema por la cuenta de resultados".

La Caixa, que dirige Josep Vilarasau, ha abierto más de 600 nuevas oficinas en los cinco últimos años. En ese mismo período el total de nuevas oficinas abiertas por el conjunto de las cajas de ahorro se ha elevado a 2.700, de las que entre 500 y 600 corresponden a la reconversión de las antiguas cajas rurales, 200 a Cajamadrid, 600 a La Caixa y las 1.300 restantes al resto de cajas españolas.

"Patrimonio sólido"

La expansión y los efectos inicialmente negativos de toda fusión no han sido los únicos factores que han constreñido la cuenta de resultados en este ejercicio. "Hay que tener en cuenta también la propia estructura de nuestra cartera de valores y de inmuebles". La cartera de La Caixa supera el medio billón de pesetas, equivalente a más del 170% de los recursos propios de la entidad, frente a una media de entre el 50% y el 70% en el sector financiero español. "Nuestra estructura es patrimonialmente muy sólida, pero su rendimiento es a largo plazo", matizan las fuentes. "Si tuviéramos el equivalente a este patrimonio en créditos obtendríamos cada año rendimientos del 16% en lugar del 5%, y nuestra cuenta de resultados mejoraría en casi 30.000 millones. Pero nuestra estrategia no se basa en engordar la cuenta de resultados a corto plazo, porque este no es el único factor que tienen en cuenta las sociedades de rating a la hora de valorar la solidez de una entidad".La reconversión del balance es otro factor importante a la hora de explicar la pobreza del presente ejercicio. La polémica sobre las primas únicas obligó a La Caixa, que había permitido una excesiva presencia de este producto en la composicion de la estructura de sus re cursos ajenos, a sustituir estas pólizas por la desintermediación de activos, principalmente Letras del Tesoro, con una rentabilidad inferior para la entidad. Ello ha supuesto que La Caixa dejara de ingresar entre 7.000 y 10.000 millones por este concepto, con una sensible reducción del margen financiero, que ha pasado de 109.211 millones en septiembre de 1989 a 103.521 millones en los nueve primeros meses de este año.

Para corregir esta baja rentabilidad, la dirección de La Caixa reorientará su negocio en 1991, recortando la presencia de activos intermediados y favoreciendo el aumento de los depósitos de ahorro. Según la estrategia de la cúpula directiva, el pasivo de La Caixa a final de 1991 deberá estar compuesto en un 65% por cuentas de ahorro, un 20% por desintermediación de activos y un 15% por operaciones de seguros.

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