Tribuna:

Subliminal

Desde esta columna, hace una semana, presumía que la propaganda de solidaridad con Kuwait olía a KIO. Ahora no sólo es cuestión de olor, sino de hedor, y es hedor porque el interés privado de una multinacional poderosísima trató de maquillarse de causa solidaria, de crear razones psicológicas que respaldasen un clima de intervencionismo armado en el golfo Pérsico. Es decir, era una propaganda indirecta avaladora de un clima de guerra, en solidaridad con una pobre mujer árabe que luego ha resultado ser de Gavà, laboriosa población cercana a Barcelona, famosa por la producción de espárragos. La ...

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Desde esta columna, hace una semana, presumía que la propaganda de solidaridad con Kuwait olía a KIO. Ahora no sólo es cuestión de olor, sino de hedor, y es hedor porque el interés privado de una multinacional poderosísima trató de maquillarse de causa solidaria, de crear razones psicológicas que respaldasen un clima de intervencionismo armado en el golfo Pérsico. Es decir, era una propaganda indirecta avaladora de un clima de guerra, en solidaridad con una pobre mujer árabe que luego ha resultado ser de Gavà, laboriosa población cercana a Barcelona, famosa por la producción de espárragos. La manipulación ideológica es tan presumible como la normalidad de la lógica técnica y jurídica del anuncio. Pero que cada cual considere según su recto saber la evidencia de que se nos preparaba para que nos tragáramos a gusto el sapo de la guerra.El hecho de que la empresa KIO financiara esta campaña impide cualquier consideración sobre el altruismo del empeño. Evidentemente, con la arbitraria invasión de Kuwait no sólo han perdido los jeques y otros ricachos impresentables, sino también la población civil y los trabajadores inmigrantes, que han sido expoliados, sin los agarraderos que los jeques habían depositado en el extranjero.

Pero las grandes empresas conectadas con el jequismo depredador nunca se habían caracterizado por su filosofía de la solidaridad, sino al contrario. Lo que ahora buscan es que la carne de cañón universal les devuelva la madre del cordero de su opulencia, por más que se proclame que los jeques expatriados de Kuwait no necesitan volver a su tierra para seguir siendo unos potentados de insulto. Curioso que esta campaña de subliminal inculcación de solidaridad con un pueblo expoliado brote en el momento en que la presión para la guerra nubla las mentes de los estadistas de la Democracia Universal SA y Felipe González se hace un lío con las paradojas enmascaradoras de contradicciones.

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