Cartas al director

Muertes pagadas

Es la fiesta local. Nunca en el pueblo se había visto tanta gente. No se podía ni aparcar. Hay coches hasta en las eras.Una multitud rodea a un grupo de yonquis ya preparados para inyectarse. El alcalde ordena al alguacil que reparta la heroína.

Hay expectación. Se palpa la fiesta, la alegría... pero ha habido un accidente. Un joven cae como un fardo, muerto.

El público comenta: "No sé para qué se ponen, si no estaba acostumbrado, si no sabía...".

En sólo una semana he sabido de dos muchachos muertos"por un toro en un pueblo de Segovia y otro de Valladolid.No acabo ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Es la fiesta local. Nunca en el pueblo se había visto tanta gente. No se podía ni aparcar. Hay coches hasta en las eras.Una multitud rodea a un grupo de yonquis ya preparados para inyectarse. El alcalde ordena al alguacil que reparta la heroína.

Hay expectación. Se palpa la fiesta, la alegría... pero ha habido un accidente. Un joven cae como un fardo, muerto.

El público comenta: "No sé para qué se ponen, si no estaba acostumbrado, si no sabía...".

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En sólo una semana he sabido de dos muchachos muertos"por un toro en un pueblo de Segovia y otro de Valladolid.No acabo de entender cómo hay muertes perseguidas y muertes pagadas por ayuntamientos.

Supongo que la única forma de que estas muertes-espectáculo terminasen sería que todos los pueblos se llamasen Pamplona y no Nava de la Asunción, y todas las fiestas fueran San Fermín y no las del Cristo. No habría vergüenza para soportar tantas muertes como se producen cada año en nuestra torera patria.

Archivado En