Tribuna:

Paciencia

Me cuentan que la minúscula productora La Mirada ha presentado a TVE un proyecto singular, una serie sobre nuestros mejores artistas rodada por nuestros mejores realizadores: Antonio López visto por Víctor Erice; Mariscal, por Berlanga; Antonio Saura, por Carlos Saura... Es una idea brillante y sin duda perfecta para una tele pública. Pero TVE, que hace un año se fascinó al parecer por el proyecto, anda ahora, dicen, la mar de dubitativa y desdeñosa. Claro, yo comprendo que una serie semejante casa mal con los concursos arrabaleros, los folletines casposos, el humor chillón y las azafat...

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Me cuentan que la minúscula productora La Mirada ha presentado a TVE un proyecto singular, una serie sobre nuestros mejores artistas rodada por nuestros mejores realizadores: Antonio López visto por Víctor Erice; Mariscal, por Berlanga; Antonio Saura, por Carlos Saura... Es una idea brillante y sin duda perfecta para una tele pública. Pero TVE, que hace un año se fascinó al parecer por el proyecto, anda ahora, dicen, la mar de dubitativa y desdeñosa. Claro, yo comprendo que una serie semejante casa mal con los concursos arrabaleros, los folletines casposos, el humor chillón y las azafatas de trepidantes carnes que forman ahora la parte sustancial de nuestra querida tele pública. El caso de La Mirada no es sino un ejemplo del imparable decaer que nos acosa.Ya han visto la nueva programac'ón: concursitos boborros, Falcon Cresi de plato bomba y una fatigosa tendencia a mostrar al respetable las rollizas nalgas de las nenas. Al parecer los responsables de TVE están muy nerviosos. Llegan los canales privados en toda su gloria con una programación de azote bíblico y, zas, los de TVE pierden el tino y, en vez de intentar diferenciarse con un contenido de calidad, se ponen a imitar la chundarata. Para mí que los pobres se equivocan: TVE nunca podrá competir en mal gusto con esa quintaesencia de la bazofia que pueden ofrecer los berlusconis; la tele pública siempre será más pacata, menos descarada, más vergonzante en su horterismo. Pero hasta que se convenzan de ello (si es que se convencen algún día), tendremos que aguantarles así, perdidos los papeles y la cabeza a grillos. ¿Que unos locos pretenden hacer un programa con Antonio López y Victor Erice? Infelices. Para interesar ahora a TVE hay que ofrecer algo verdaderamente entretenido: un concurso sobre la longitud de los pelos de las narices o un artístico ballet de muchachitas buscándose la pulga por debajo del tanga. Paciencia.

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