Tribuna:EL AÑO EUROPEO DEL TURISMO

Nuevas formas de viajar

El Consejo de Ministros de la Comunidad decidió, en respuesta a una sugerencia del Parlamento, declarar este año de 1990 como Año Europeo del Turismo. De acuerdo con el contenido de esta declaración, las autoridades comunitarias han iniciado un conjunto de acciones y programas con ayudas financieras en cooperación con los Estados miembros, instituciones y agente s sociales en apoyo, del turisimo, proyectando su actividad a la Europa sin fronteras.Los objetivos principales que se pretenden alcanzar son la preparación del sector para afrontar eficientemente el reto que va a suponer la llegada de...

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El Consejo de Ministros de la Comunidad decidió, en respuesta a una sugerencia del Parlamento, declarar este año de 1990 como Año Europeo del Turismo. De acuerdo con el contenido de esta declaración, las autoridades comunitarias han iniciado un conjunto de acciones y programas con ayudas financieras en cooperación con los Estados miembros, instituciones y agente s sociales en apoyo, del turisimo, proyectando su actividad a la Europa sin fronteras.Los objetivos principales que se pretenden alcanzar son la preparación del sector para afrontar eficientemente el reto que va a suponer la llegada del mercado único, destacando la capacidad integradora del turismo, su importancia económico-social y la función que desempeña como factor de desarrollo regional y generador de empleo. Las actuaciones están centradas en motivar a los ciudadanos europeos (fundamentalmente a los más jóvenes) a conocer la variedad de culturas existentes y sus hábitats, dentro y fuera del ámbito comunitario, propiciando un escalonamiento en las vacaciones, la utilización más racional de los recursos medioambientales y creación y estudio de nuevas modalidades de turismo, sin olvidar la formación profesional.

En resumen, el Año Europeo del Turismo nos presenta un proyecto ambicioso que nos invita a participar y que examinaremos a continuación.

Sin duda, la intensificación de los viajes que se ha producido en la última década, debido fundamentalmente a las favorables circunstancias político-económicas y a los avances en el transporte y los medios de comunicación, ha permitido que mayor número de personas hayan adquirido un mejor conocimiento de los sistemas de vida, de la cultura y de la historia en el conjunto de los países comunitarios. Los nuevos contactos y el acercamiento a la realidad de los pueblos han logrado difundir los valores de libertad, democracia y unidad en favor de la consolidación de la idea europea; en consecuencia, podemos deducir que el turismo ha contribuido con su práctica a la creación de un sentimiento común de pertenencia, y que ésta ha sido su aportación más valiosa como elemento de integración.

Otro aspecto importante es el papel que desempeña el turismo dentro de la economía de la CE. Los datos facilitados por la Comisión resultan significativos:

- El sector turístico representa un 5,5%. del producto interior bruto, un 8%. del consumo final privado, un 4,5% del total de la entrada y salida de divisas, y emplea a 7,5 irtillones de personas.

- La Comunidad absorbe el 40% de las llegadas y el 44%. dentro de las magnitudes económicas mundiales del turismo. Un último estudio nos demuestra la potencialidad y actividad del sector.

- En 1989 se ha estimado que más de 65 millones de europeos realizaron 87 millones de viajes al exterior. Estas cifras no deben hacemos olvidar la conveniencia de reinversión y modernización que el turismo europeo necesita para responder a la competencia de otros mercados, cuyas tasas de crecimiento son también importantes.

Política regional

En cuanto al turismo y a la política regional, éste continúa actuando como factor de desarrollo y distribución de rentas entre las regiones. Sus efectos recaen sobre la agricultura, la construcción y la industria, beneficiando al conjunto del sector servicios y contribuyendo a la generación de empleo por ser un sector intensivo en mano de obra. Estos motivos son tan relevantes que la Comisión está poniendo todo su interés en confeccionar una política turística acertada, basada en la promoción y organización del turismo social, rural y cultural, que haga compatible el crecimiento económico con la defensa de los recursos naturales en las regiones más desfavorecidas, reforzando el mantenimiento de las identidades locales.

La cooperación entre los diferentes niveles de la Administración se hace indispensable para alcanzar un óptimo desarrollo regional en las principales regiones turísticas. La iniciativa privada debe actuar también de forma conjunta en la elaboración de los planes a través de sus órganos representativos.

Estos objetivos que hemos analizado cuentan con la ayuda técnico-financiera de la CE a través de sus fondos estructurales: Banco Europeo de Inversiones, Fondo Social, Nuevo Instrumento Comunitario, Feoga, Feder, así como las de las asociaciones del sector y empresas privadas. La Comunidad se ha tomado muy en serio la política turística, y todas sus actuaciones están siendo sometidas a una coordinación y armonización más eficaz.

La elaboración de una estrategia a largo plazo para consolidar la posición que el turismo ocupa y adaptar la actividad turística a los nuevos tiempos así lo demuestran. El futuro escenario en que va a desenvolverse el sector y las alternativas que debe presentar, la oferta constituyen nuestro próximo comentario.

El ámbito geográfico tradicional de realización del turismo en Europa Occidental se extiende ahora, gracias a los cambios políticos en los países del Este, por todo el Viejo Continente. Los europeos hemos de celebrar los acontecimientos hoy ya históricos, del 9 de noviembre de 1989, iniciados con la caída del muro de Berlín, que han dado paso a la apertura de los procesos de recuperación democrática de los regímenes comunistas.

En el marco del entendimiento surgido en Europa prevalece la voluntad de sus dirigentes en el avance de una política de desarme, paz y cooperación en pro de la recomposición europea. El rapto de Europa ha terminado, y a partir de ahora se abren nuevos horizontes, sobre todo para aquellos que no podían viajar en libertad y conocer la variedad de pueblos que van a conformar la casa común europea, y precisamente es el presidente de la Comisión, Jacques Delors, quien más nos anima a esta múltiple convivencia cuando afirma que "Europa existe como voluntad de todos para compartir el porvenir".

La dinámica de cambios políticos y transferencias económicas que hemos señalado anteriormente contribuirán en los próximos años al crecimiento y expansión del turismo europeo, con un mercado próximo a los 500 millones de usuarios. Esta demanda potencial, fruto de su variedad y de distintos niveles de renta, obligará al turismo a una reconversión y a dar satisfacción a las nuevas peticiones de viajes a la carta que exigen los ciudadanos de una Europa sin fronteras.

La calidad y variedad de los servicios, y una oferta múltiple de las actividades de ocio, serán esenciales para fijar posiciones de éxito en un área de fuerte competencia a nivel mundial.

A partir del 1 de enero de 1993, las compañías aéreas podrán fijar libremente sus tarifas, lo que significará el acceso sin trabas a otros mercados, creación de nuevas rutas, con aumento de las frecuencias y disminución de los precios en los billetes. La tendencia a distribuir las vacaciones en temporadas distintas y la ausencia de controles facilitarán los viajes cortos de fin de semana.

Medidas urgentes

Sin embargo, la potencialidad de la demanda no debe llevarnos a cometer los errores que en estos momentos están padeciendo los países receptores, y principalmente España, con una recesión turística preocupante.

Es el momento de consensuar unas medidas urgentes que eviten las situaciones de concentración y saturación turística, regenerando las zonas afectadas y actuando con rigor en la protección medioambiental y del patrimonio cultural.

Del lado de la oferta turística, ésta debe reunir en los alojamientos hoteleros una completa infraestructura capaz de garantizar los derechos del turista, valorándose cada vez más los siguientes requisitos: buen trato personal, facilidad de comunicación, confort, gastronomía, asistencia, animación y entorno natural agradable para el disfrute de las vacaciones, con posibilidades próximas de ocio y facilidad y comodidad en los traslados. Igualmente, en las zonas y enclaves turísticos las autoridades responsables han de mantener al día las infraestructuras necesarias para el desenvolvimiento de las actividades que genera el turismo, vinculando la inversión pública de los distintos ministerios implicados al planeamiento y a la prestación eficaz de los servicios municipales.

El desarrollo de los denominados turismos específicos, que serán los productos estrella en la próxima década, deben orientarse a través de una planificación turística y de ordenación del territorio que distribuya su localización geográfica. Estas modalidades, o formas de actividad turística, propuestas en los programas comunitarios se refieren al turismo residencial, rural y de montaña, de salud (clínicas y balnearios), social, cultural, de intercambio de jóvenes, deportivo (náutico, de golf, competiciones y concentraciones de atletas), etcétera, que son complemento del turismo de sol y playa.

La puesta a punto de la oferta pasa necesariamente por la modernización de la estructura administrativa, comercial y de mercadotecnia que han de emprender los intermediarios y agentes sociales que participan en el sector con la aplicación de las nuevas tecnologías.

Los sistemas de reservas computadorizadas están abriendo un nuevo concepto de posibilidades, actuando como distribuidores de productos y paquetes de servicios integrados que resuelven de una vez las peticiones de los usuarios. Invertir en investigación es la regla para conocer los cambios en los mercados. A este respecto, programas privados de cooperación tecnológica, como Amadeus, han demostrado excelentes resultados.

Finalmente, la formación profesional en los diferentes niveles laborales aparece como la cuestión clave para llevar a cabo la reforma del sector y emprender una renovación en las empresas.

Instituciones, empresarios y trabajadores tienen que aunar sus esfuerzos en la preparación y actualización de las enseñanzas relacionadas con el turismo, porque serán los profesionales que trabajan en él los que harán posible que los europeos, allá donde viajen, puedan sentirse como en su propia casa. El Año Europeo del Turismo es un punto de partida en la ruta de una Comunidad sin fronteras, y debe ser a la vez, un motivo de encuentro común para participar solidariamente en conseguir la Europa de los ciudadanos.

J. Ramón Sans es consultor y miembro de la Asociación Española de Ciencia Regional.

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