Peter Elliot es recalificado para la final de 1.500 metros en una decisión sin precedentes

El británico Peter Elliot participará hoy en la final de 1.500 metros, 48 horas después de su caída y abandono en la semifinal de esta prueba. El comité de apelación de la Asociación Europea de Atletismo -organismo presidido por el español Juan Manuel de Hoz- atendió la reclamación del equipo del Reino Unido y desestimó un recurso posterior de cinco países contra la repesca de Elliot. La decisión, sin ningún precedente anterior, ha provocado una conmoción en todos los estamentos de este deporte. Elliot declaró ayer: "En el fondo de mi corazón, creo que no debo correr la final".

José Lui...

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El británico Peter Elliot participará hoy en la final de 1.500 metros, 48 horas después de su caída y abandono en la semifinal de esta prueba. El comité de apelación de la Asociación Europea de Atletismo -organismo presidido por el español Juan Manuel de Hoz- atendió la reclamación del equipo del Reino Unido y desestimó un recurso posterior de cinco países contra la repesca de Elliot. La decisión, sin ningún precedente anterior, ha provocado una conmoción en todos los estamentos de este deporte. Elliot declaró ayer: "En el fondo de mi corazón, creo que no debo correr la final".

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José Luis González se mostraba perplejo y decepcionado por el suceso. El atleta español aseguró que tras la final realizará un gesto de protesta contra la decisión del comité. La sensación general en Split es que la respesca de Elliot es un precedente muy peligroso para el futuro de las competiciones atléticas.Elliot cayó en la primera semifinal de 1.500, al paso de los 900 metros, y abandonó la prueba. La delegación británica se movió con celeridad y presentó una reclamación ante el comité de apelación, organismo integrado por siete miembros y cuyo presidente es Juan Manuel De Hoz. La queja británica estaba apoyada en el primer apartado del artículo 141 del reglamento de la Federación Internacional de Atletismo, que otorga al juez árbitro y al comité de apelación la posibilidad de repescar para la siguiente eliminatoria a un atleta que se haya visto envuelto en un incidente provocado por alguna acción deshonesta de otro competidor.

El vídeo demostraba con claridad que Elliot recibió un fuerte empujón en la espalda por parte del alemán oriental Fuhlbrugge. El británico rodó por el suelo y abandonó la carrera. Aceptada la protesta británica, Elliot fue repescado para la final, con el voto contrario del miembro de la RDA en el comité, Gerd Schroter. De Hoz y los otros cinco representantes, incluido Valery Borzov -campeón olímpico de 100 y 200 metros en Múnich- votaron a favor de la reclamación británica.

Recurso

La postura del comité de apelación fue contestada inmediatamente por los atletas y por cinco equipos que contaban con participantes en la final: España, Portugal, Italia, Suiza y Holanda. Estas delegaciones . presentaron a. primera hora de Ja mañana de ayer un recurso contra la decisión del comité. El escrito apelaba al artículo 141.6, que establece para los atletas la obligatoriedad de competir y clasificarse para alcanzar la siguiente ronda en una prueba, y el 147.7, que indica que sólo llegarán a la final aquellos atletas que consigan los cuatro primeros tiempos de cada semifinal y los cuatro mejores tiempos restantes. El caso de Elliot no figuraba en ninguno de estos supuestos.

El comité de apelación acudió a Perogrullo para contestar a este recurso: "Las decisiones del comité de apelación son inapelables". Esa fue la escueta nota que salió de la reunión. Elliot tenía el permiso para correr la final. La reacción general fue de asombro contra esta postura. Elliot correrá la prueba sin haber terminado la semifinal y con 600 metros menos en las piernas. Steve Ovett, el legendario mediofondista inglés de la pasada década y actual comentarista de televisión en la BBC, declaraba a EL PAÍS que este asunto puede traer consecuencias muy graves para el atletismo. "Es una situación muy peligrosa y preocupante. Supone introducir en el deporte factores ajenos que pueden modificar el resultado y el comportamiento de las pruebas. Como inglés, me alegro por mi compatriota, pero en mi opinión esto es una injusticia absoluta. Las caídas forman parte del juego en una carrera de medio fondo. La historia está repleta de casos semejantes", afirmaba Ovett.

Durante la madrugada de ayer un buen número de participantes en la final meditó la posibilidad de boicotear la carrera. Finalmente, todos los inscritos correrán la final. "Si hubiera pesos pesados, esto no habría sucedido. Con un atleta -como John Walker [campeón olímpico de 1.500 en Montreal y hombre de gran prestigio en el medio fondo], Elliot no estaría en la final o ésta no se correría", comentó González.

El español se mostraba muy molesto por el suceso, aunque declaró su intención de participar: "Lo que más me molesta es que este asunto lo hayan llevado los ingleses, tan puristas para otras cosas. Esto es lamentable. Las caídas ocurren en el atletismo, en las motos y en las bicis. Si puedes te levantas, si no, te vas".

Un atleta desolado

La repesca ha convertido a Elliot en el villano de la carrera de hoy, una etiqueta durísima para un atleta que se ha caracterizado siempre por su honestidad y buen talante en la pista. Hombre apacible, sincero, de carácter sólido, Elliot se mostraba desolado ayer: "En el fondo, creo que no debo participar en la final". Sin embargo, no reveló sus intenciones finales al respecto.

El suceso tiene varias lecturas subliminales, una de ellas hace referencia a la posición desairada de Juan Manuel De Hoz. El secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez Navarro, mostraba ayer su disgusto por la actuación del antiguo presidente de la Federación Española de Atletismo. Al fondo queda la sospecha de la actuación del italiano Luciano Barra, delegado técnico de la Asociación Europea de Atletismo. Barra es el encargado de mercadotecnia de este organismo, y aparece como el principal defensor de la inclusión de Elliot en la final, con la vista puesta en la repercusión de la ausencia del británico para las cadenas de televisión y los contratos comerciales.

Caídas sin consecuencias

El precedente de Peter Elliot se encuentra en las caídas, pero no en las repescas. La historia del atletismo es profusa en incidentes de este corte, algunos inolvidables. Ninguno de los involucrados en estos sucesos ha tenido el trato de favor del mediofondista británico.Uno de los casos más memorables fue protagonizado por Jim Ryun, el mediofondista estadounidense que sembró de récords la década de los sesenta.

Ryun, que nunca logró una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, sufrió un codazo en la nuez por parte de un atleta keniano cuando se iniciaba la última recta de una de las series de 1.500 en los Juegos de Múnich. El atleta estadounidense cayó y perdió la última oportunidad de alcanzar una medalla de oro.

Los Ángeles

En 1984, Mary Decker acudió a los juegos de Los Angeles como gran protagonista de las pruebas femeninas. En la final de 3.000 metros tropezó con la británica Zola Budd y tuvo que abandonar. Hubo acusaciones de voluntariedad y mala fe, pero Decker no fue repescada.

En 1986, en los Campeonatos del Mundo de Pista Descubierta celebrados en la ciudad estadounidense de Indianapolis, Eamond Coghlan, cayó en una de las semifinales. Pese a las presiones de los organizadores y de la televisión norteamericana por incluirle en la final, Coghlan no contó con el veredicto que se ha dictado ahora en el caso protagonizado por Peter Elliot.

Al mediofondista irlandés no le salvé ni sus fabulosos contratos publicitarios, ni el interés de la televisión norteamericana que veía en Coghlan uno de los elementos básicos para incrementar su audiencia en aquellos campeonatos.

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