GENTE

Emily Haddad

A sus nueve años, ya ha grabado un disco con Dizzy Gillespie

Los primeros pinitos de esta auténtica mummy del jazz en miniatura dejaron a sus padres con la boca abierta. Tenía 18 meses cuando por primera vez interpretó a su manera el Summertime, de George Gershwin. Desde entonces hasta que el pasado martes se encaramó a un escenario en Vitoria, dentro de la programación de la XIV edición del Festival de Jazz, su carrera como cantante ha sido impresionante, y sólo han transcurrido siete años y medio.En semejantes circunstancias, preguntarle qué va a ser de mayor es ponérselo muy fácil. "Una estrella del jazz", decía en Vitoria después d...

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Los primeros pinitos de esta auténtica mummy del jazz en miniatura dejaron a sus padres con la boca abierta. Tenía 18 meses cuando por primera vez interpretó a su manera el Summertime, de George Gershwin. Desde entonces hasta que el pasado martes se encaramó a un escenario en Vitoria, dentro de la programación de la XIV edición del Festival de Jazz, su carrera como cantante ha sido impresionante, y sólo han transcurrido siete años y medio.En semejantes circunstancias, preguntarle qué va a ser de mayor es ponérselo muy fácil. "Una estrella del jazz", decía en Vitoria después de su actuación, asomando la nariz por entre un ramo de rosas. Y es que a Emily, nacida en Chicago el 7 de abril de 1981, no le faltan razones para tenérselo tan creído.

El pasado mes de abril ya había concluido la grabación de un disco junto al trompetista Dizzy Gillespie, del que interpreta la canción Night in Tunisia, y ha actuado junto a Manhattan Transfer en los festivales de Poiri y Montreaux. También ha compartido el escenario con Frank Sinatra, Liza Minnelli y Sammy Davis Junior.

A la edad de cinco años ya tenía a la crítica especializada de medio mundo en el bolsillo. The Wall Street Journal, The Chicago Tribune, Time Magazine y Jazz Magazine, entre otras publicaciones, resaltaban sus cualidades como cantante, sus formas en el escenario, su voz y el sentido innato del ritmo, hasta el punto de calificarla de "pequeña gran profesional", e incluso concluir que "el jazz ya tiene su Mozart". Ella, no obstante, se tiene la canción muy aprendida y dice, con gesto de poca importancia, que el jazz es igual de interesante que el colegio: "Fifty fifty".

Un verdadero orgullo para sus padres, que, en vez de enseñar a sus amigos las primeras palabras de su hija, les sorprenden con la grabación de una canción que interpretó cuando todavía jugaba con un sonajero.

Emily siempre viaja en compañía de sus papás. Habbib Haddad, de origen tunecino, es un guitarrista que sube al escenario con ella, y Jennifer, estadounidense, es cantante. Ellos intentan que la pequeña Emily tenga una niñez lo más parecida posible a la del resto de los infantes. Sin embargo, la voz marca la diferencia. Un don que a su edad le ha permitido probar las hamburguesas, su plato favorito, de medio mundo.

La pequeña y gordita cantante de jazz llegó a Vitoria, tras, 27 horas de viaje, vestida de rosa y agarrada a un conejito de peluche. Cuando interpreta Satin doll, cambia la letra original, que dice: "Sosteniendo un cigarro", por algo más apropiado a su estatura: "Sosteniendo un chupete de caramelo".

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