El primer mercado europeo sobre el documental confirma su impotencia

El primer mercado dedicado específicamente al documental -Sunny Side of the Doc, ha sido el título de la convocatoria-, clausurado ayer en Marsella (Francia), ha confirmado que este género, aunque no ocupe las máximas cotas de audiencia, es con la multiplicación de canales cada vez más un componente imprescindible en las parrillas televisivas y un elemento único de reflexión sobre el mundo que habitamos, por lo que ya no se le considera el pariente pobre de los mercadosEl mercado del documental tiene, sin embargo, sus particularidades. "El comprador de documental no es para nosotros un comprad...

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El primer mercado dedicado específicamente al documental -Sunny Side of the Doc, ha sido el título de la convocatoria-, clausurado ayer en Marsella (Francia), ha confirmado que este género, aunque no ocupe las máximas cotas de audiencia, es con la multiplicación de canales cada vez más un componente imprescindible en las parrillas televisivas y un elemento único de reflexión sobre el mundo que habitamos, por lo que ya no se le considera el pariente pobre de los mercadosEl mercado del documental tiene, sin embargo, sus particularidades. "El comprador de documental no es para nosotros un comprador como los otros. Es a menudo un aficionado al que le gusta sopesar detenidamente las características del producto por el que se interesa", ha dicho Olivier Masson, organizador del mercado. Tampoco el productor se parece, según Masson, al de otro tipo de programas: "Es todavía, en cierto modo, un artesano". Cada documental es un mundo en sí mismo, de aquí que los organizadores se hayan preocupado especialmente de proporcionar un útil de trabajo único: el catálogo. En él figuran las cerca de 70 producciones que se han proyectado en la sección de inéditos, procedentes de 19 países, con una representación mayoritaria de Francia (sin ningún título procedente de España). Los programas de denuncia y reflexión sobre la historia reciente despertaron especial curiosidad en las proyecciones paralelas al mercado, por ejemplo la de Solidarnosc (que ha comprado TVE), que reconstruye con material de archivo, en muchos casos inédito, la historia del movimiento dirigido por Lech Walesa, desde las huelgas de Gdarisk en 1980 hasta la caída del partido comunista en 1990. Abundaron asimismo los documentales etnológicos, los retratos y los de ecología y medio ambiente.

La coproducción ha sido un verdadero balón de oxígeno para los pequeños productores. La colaboración entre países diferentes está todavía buscando sus caminos, como se dijo en el foro dedicado a las coproducciones Este-Oeste.

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