Cartas al director

Depresión, envidia

El 14 de mayo apareció en su periódico un artículo titulado Depresión, firmado por M. Vázquez Montalbán. En él se comparan los ingresos de los escritores con los de esos tíos "como gánsteres aficionados" que se embolsan "50 millones de pelas" con una llamada telefónica, en referencia a un conocido escándalo de actualidad.Curiosa comparación. Sin ser escritor, yo también tengo una profesión, y por ejercerla obtengo ingresos. No se me había ocurrido compararlos con los de esos tíos. El tono algo irónico del artículo, con reconocimiento de corporativismo incluido, me hace preguntarm...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El 14 de mayo apareció en su periódico un artículo titulado Depresión, firmado por M. Vázquez Montalbán. En él se comparan los ingresos de los escritores con los de esos tíos "como gánsteres aficionados" que se embolsan "50 millones de pelas" con una llamada telefónica, en referencia a un conocido escándalo de actualidad.Curiosa comparación. Sin ser escritor, yo también tengo una profesión, y por ejercerla obtengo ingresos. No se me había ocurrido compararlos con los de esos tíos. El tono algo irónico del artículo, con reconocimiento de corporativismo incluido, me hace preguntarme si el autor únicamente muestra un sentimiento de codicia bastante zafio o si ejecuta un soberbio juego malabar de ironía sobre la ironía, que no soy capaz de descifrar. Un colaborador de un diario que tiene como producto estrella El País Estilo puede no alcanzar a ser tan sutil, quizá por propia presión editorial.

Ciñéndonos a su profesión, no sólo habría que incluir en la comparación a "un novelista español de éxito" que puede ganar "10 millones de pelas" por una novela, o a "algún premio Nobel que consigue reunir en la penúltima liquidación de sus obras completas, 15 días antes de espicharla" lo que un tío de éstos gana con una llamada telefónica y local, sino citar a algún escritor concreto. Samuel Beckett, por ejemplo. Y sentir envidia entonces, no depresión.- Luis Valdivieso.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En