Nacidos para guiar

34 familias madrileñas han adoptado cachorros que después serán los ojos de los ciegos

Gwin es una joven perrita de raza labrador. Tiene seis meses y desde hace cuatro vive en casa de la familia Cano. Gwin y otros 33 cachorros residen adoptados en hogares madrileños dentro de la campaña de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) para crear la primera escuela de perros guía de España. Al cumplir un año, finalizada la primera fase de adaptación a la vida cotidiana, los cachorros se someten a un entrenamiento progresivo y especializado que los convierte en los ojos de quienes no pueden ver.

"Naturalmente que vamos a echar mucho de menos a Gwin, pero mi mar...

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Gwin es una joven perrita de raza labrador. Tiene seis meses y desde hace cuatro vive en casa de la familia Cano. Gwin y otros 33 cachorros residen adoptados en hogares madrileños dentro de la campaña de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) para crear la primera escuela de perros guía de España. Al cumplir un año, finalizada la primera fase de adaptación a la vida cotidiana, los cachorros se someten a un entrenamiento progresivo y especializado que los convierte en los ojos de quienes no pueden ver.

"Naturalmente que vamos a echar mucho de menos a Gwin, pero mi marido ya nos lo advirtió", comenta María Dolores. "Aceptamos al perrito sabiendo que sólo era por una temporada. Lo importante es que estamos realizando un bien social. No es un capricho, es como de la familia. La ONCE cubre todas sus necesidades de alimentación y veterinario y nosotros cumplimos unas normas para que en el futuro sea un buen perro guía: dócil, cariñoso y muy obediente. Se nos ocurrió al ver un anuncio en la prensa, porque al parecer se necesitan bastantes familias que quieran adoptar cachorros".Según Merche Martínez, supervisora de este programa, los hogares deben cumplir unas mínimas condiciones, como que siempre haya alguien en casa con tiempo suficiente para dedicarse al perro y que exista una rutina horaria de paseos y comidas que hagan de los cachorros unos futuros perros de bien.

'Paseador' oficial

La familia posee su carné de educadores, que facilita la entrada de Gwin a locales públicos, y un diccionario especial con el que los perros han de familiarizarse: "¡Sienta!", para comer; ' '¡ Haz!", para su water particular; ¡Deja!", para que suelte algo... y ¡Buen perro!", a modo de enhorabuena, aunque una judía verde cruda es un buen regalo para Gwin. Juan, el abuelo, se ha convertido en el paseador oficial de cada mañana. "Siempre unos pasos por delante, en línea recta y a mi izquierda. No le dejo comer nada del suelo ni pararse a jugar, ni ladrar a la gente o ponerse de pie sobre las personas", explica.Cuando Merche realiza su visita mensual, comienza la evaluación y corrige los defectos.

"No le acariciéis cuando se tumbe. No le dejéis ladrar. Que no se suba a las camas...".

Pero la universidad llegará después. Por las manos, del experto escocés Bill Logan, responsable técnico del entrenamiento, han pasado tantos perros guía en 21 años que ha perdido la cuenta. Conoce al dedillo los rasgos del carácter de estos amables labradores, pastores alemanes o golden retriever, las tres razas seleccionadas, e insiste en que un perro sano es un perro feliz.

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Volver a la perrera

Cuando los animales dejan de vivir en familia y vuelven a la perrera, los instructores y educadores miden muy bien los pasos a seguir en la enseñanza inmediata. Tras unos días de adaptación a la nueva residencia se reanudan los paseos de forma progresiva. Poco a poco se pasa de lugares tranquilos a otros más concurridos, aprenderá a sentarse en los bordillos, a sortear obstáculos, a caminar con arnés...Ejerciendo un poco de psicólogos, tanto Bill como la encargada de perreras Mercedes Sotodosos perfilan su carácter pensando en la pareja que pronto formarán con un ciego e intentando que los defectos se vuelvan virtudes. Un perro algo miedoso será un guía precavido. Un perro muy activo vivirá con un ciego joven y acostumbrado a salir. Si todo transcurre como hasta ahora, en 1991 la ONCE ofrecerá la primera generación de perros guía entrenados en España, ahorrando las incomodidades de importar el lazarillo del Reino Unido o Estados Unidos.

Las familias que les vieron crecer podrán presumir de haber cumplido su misión y hasta es posible que repitan la experiencia.

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