Control del azar

La Comisión Nacional del Juego tiene intención de adoptar una serie de medidas de control que afectan a las empresas y a las máquinas tragaperras para tratar de que se reduzca el volumen de juego.

La novedad más llamativa será la considerable disminución de la cantidad premiada, que desciende de 25.000 pesetas a 7.500 pesetas.

Las medidas que adoptará la Administración son las siguientes:

- Rebajar el premio máximo de 25.000 a 7.500 pesetas.

- Que el tiempo mínimo por jugada sea de 2,5 segundos, lo que determina una media de seis segundos por jugada, cuando ante...

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La Comisión Nacional del Juego tiene intención de adoptar una serie de medidas de control que afectan a las empresas y a las máquinas tragaperras para tratar de que se reduzca el volumen de juego.

La novedad más llamativa será la considerable disminución de la cantidad premiada, que desciende de 25.000 pesetas a 7.500 pesetas.

Las medidas que adoptará la Administración son las siguientes:

- Rebajar el premio máximo de 25.000 a 7.500 pesetas.

- Que el tiempo mínimo por jugada sea de 2,5 segundos, lo que determina una media de seis segundos por jugada, cuando antes no existía limitación del tiempo de jugada y venía a ser de un segundo como medía.

- Eliminar los reclamos de las máquinas, como luces intermitentes, ruidos o música, cuando éstas no estén en uso.

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- Fijar en dos máquinas indistintas el total que pueden tener los bares. Hasta ahora el límite eran dos tragaperras y una de marcianitos.

- Modificar el sistema de homologación, de tal forma que todas las máquinas fabricadas desde el pasado 11 de diciembre tengan un contador, que la Administración podrá controlar en cualquier momento, en el que figure el número de serie, que la tragaperra está funcionando como juego homologado, las cantidades pagadas como premio hasta ese momento y los ingresos.

- Modificar las normas sobre movilidad de las máquinas. Las empresas tendrán más dificultades para trasladarlas de un bar a otro.

Respecto a los bingos, se ha decidido no autorizar la interconexión entre salas, para evitar que se ofrezcan premios mayores, y denegar también el denominado bingo acumulativo.

Esto significa terminar con el sistema por el cual se concede un premio que se obtiene al detraer de cada jugada un pequeño porcentaje que se otorga cuando un jugador canta bingo en un determinado número de jugadas. Aunque lo cierto es que estas circunstancias se dan raramente.

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