GENTE

Gonzalo Suárez

Su película 'Remando al viento' cumple 80 semanas en cartel

Hace tres años el director de cine Gonzalo Suárez, que hasta entonces era un genio reconocido de la cinernatografía marginal, escribía sobre un papel de servilleta el esbozo de guión de una película imposible: la vida de lord Byron, sus relaciones con Mary Shelley y la génesis del monstruo de Frankenstein. Todo ello en inglés. Sus amigos se lo desaconsejaron, pero él siguió escribiendo el guión en los papeles de las servilletas. Hace poco más de un año estrenó la película, y ayer, Remando al viento, que así se llamó, cumplió 80 semanas en cartel. Nadie lo hubiera creído. Ni Martín G...

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Hace tres años el director de cine Gonzalo Suárez, que hasta entonces era un genio reconocido de la cinernatografía marginal, escribía sobre un papel de servilleta el esbozo de guión de una película imposible: la vida de lord Byron, sus relaciones con Mary Shelley y la génesis del monstruo de Frankenstein. Todo ello en inglés. Sus amigos se lo desaconsejaron, pero él siguió escribiendo el guión en los papeles de las servilletas. Hace poco más de un año estrenó la película, y ayer, Remando al viento, que así se llamó, cumplió 80 semanas en cartel. Nadie lo hubiera creído. Ni Martín Girard.Gonzalo Suárez se llamó durante mucho tiempo Martín Girard. Con ese nombre escribió en las revistas deportivas Dicen y Lean crónicas que llevaron un epígrafe común: Las suelas de mis zapatos. Eran los tiempos de gloria del Fútbol Club Barcelona, en el principio de los años sesenta, y Martín Girard se convirtió en uno de los personajes indispensables de aquella geografía humana y periodística que contribuyó a hacer al Barça mucho més que un club.

La obligación del fútbol se convirtió pronto en una obsesión paralela y Martín Girard dio paso a Gonzalo Suárez, a quien convirtió en un escritor. A través de la revista Siglo XX, una de las señas de identidad del antifranquismo, en la que escribían Manuel Vázquez Montalbán y Juan Marsé, entre muchos otros, aquel Girard del fútbol se hizo el escritor de Ditirarnbo. En la citada revista, aquel maestro del periodismo deportivo escribió sus primeros relatos: Rocabruno bate a Ditirambo, El roedor de Fortimbrás.

De aquellos relatos, que parecían escritos por un seudónimo del periodismo deportivo, surgió el cineasta. Aconsejado por Juan Cueto, Edua Ormulo y algunos paisanos asturianos, acometió la aventura del cine, y, aunque siguiera nostálgico de Martín Girard, le aparcó y se puso a dirigir. Ditirambo (1967) fue su primera aventura. Le -siguieron otras. Fue engordando, fumando habanos y creciendo su barba. El año pasado tuvo el mayor éxito de su vida: aquella película que escribió en unas servilletas se convirtió en Remando al viento. Ayer celebró con Miguel Bosé, con Charo López, con José Sacristán, con Antonio Ferrándiz y con Javier Gurruchaga, e incluso con el director general de Cine, Enrique Balmaseda, la semana número 80 de su película en cartelera.

Igual de barbudo, este amigo de Sam Peckirripah. que una vez escribió un libro sobre su aventura en Hollywood -Gorila en Hollywood- y que es autor del libro de relatos De cuerpo presente, que figura entre sus obras preferidas, estaba ayer feliz. Ya sabe lo que no quiere hacer y está seguro de lo que pretende: "Dejar las ventanas abiertas a las ideas para que entren como si fueran pajarillos".

Está escribiendo una nueva película. Su productor, Andrés Vicente Gómez, le ha incitado estos días, en una carta que han publicado los periódicos, a rodar de nuevo. Ayer Gonzalo Suárez avanzó un título de su nuevo guión: El detective y la muerte. En septiembre rueda para TVE Don Juan en los infiernos. Suárez recibe hoy, además, la medalla de Bellas Artes.

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