Entrevista:

"Hay que empezar a hablar de economía ibérica"

Entrevista con Joáo Salgueiro, presidente del Banco de Fomento e Exterior de Portugal

Pese a que acaba de abrir una sucursal en España, el máximo responsable del Banco de Fomento e Exterior de Portugal, Joáo Salgueiro, reconoce que, al igual que en política, en economía y en banca los dos países ibéricos han vivido de espaldas. Dice que es hora de comenzar a hablar de la economía ibérica para afrontar mejor el reto de 1993. Salgueiro considera que los bancos portugueses, aunque no han superado la reválida que supuso la crisis bancaria española, han hecho un gran esfuerzo por mejorar su solvencia y modernizar sus servicios y equipamientos.

Pregunta. ¿Cuál es la dim...

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Pese a que acaba de abrir una sucursal en España, el máximo responsable del Banco de Fomento e Exterior de Portugal, Joáo Salgueiro, reconoce que, al igual que en política, en economía y en banca los dos países ibéricos han vivido de espaldas. Dice que es hora de comenzar a hablar de la economía ibérica para afrontar mejor el reto de 1993. Salgueiro considera que los bancos portugueses, aunque no han superado la reválida que supuso la crisis bancaria española, han hecho un gran esfuerzo por mejorar su solvencia y modernizar sus servicios y equipamientos.

Pregunta. ¿Cuál es la dimensión de la entidad que preside y cuál el resultado del pasado ejercicio?Respuesta. Nuestro balance es de unos 450.000 millones de pesetas, lo que nos sitúa como la cuarta entidad bancaria de Portugal. En el pasado ejercicio hemos obtenido unos beneficios de 3.000 millones de pesetas. Como se sabe, los bancos fueron nacionalizados al 100% en el año 1975, aunque recientemente el Gobierno ha afrontado un proceso de privatización de hasta el 49% del capital de los bancos.

P. Recientemente se ha producido un cambio de personalidad jurídica en su entidad por decisión del Gobierno. ¿En qué ha consistido realmente?

R. En 1989 el Banco de Fomento e Exterior dejó de ser una empresa pública para transformarse en una sociedad anónima de capitales mayoritariamente públicos. Asoció las tradicionales funciones de banco de inversión y desarrollo a una vocación de institución financiera especializada en el apoyo de las operaciones internacionales relacionadas con el comercio, la inversión y cooperación.

P. ¿Cómo piensa instrumentar su apoyo al desarrollo del comercio entre España y Portugal?

R. Creo que podemos jugar un papel fundamental, y en el mejor momento, como entidad financiadora de nuevos negocios. Para hacerse una idea de la rápida expansión del comercio entre los dos países en los últimos cuatro años, baste decir que el valor de las importaciones portuguesas provenientes de España aumentó más de un 160%, y España ha pasado del séptimo al primer lugar de los proveedores extranjeros a Portugal.

P. Sin embargo, tradicionalmente España y Portugal han vivido de espaldas en casi todos los aspectos, incluyendo el financiero y bancario.

R. Esto es válido hasta ahora, pero creo que, de una vez por todas, debemos comenzar a hablar de una economía ibérica que dé respuesta a unos problemas que tenemos como países del sur europeo. Las cosas están cambiando y espero que la legislación nos vaya abriendo nuevos cauces de colaboración. Los bancos españoles y portugueses están ante una gran oportunidad de unirse en pro de un mejor posicionamiento en el mercado único.

P. La dimensión de los bancos españoles y la de los portugueses ha sido hasta ahora un handicap para poder competir con ciertas garantías de éxito. ¿Qué caminos deberían seguirse para superar este escollo?

R. No vamos a descubrir ahora que la dimensión de nuestros bancos no es grande. Aunque en estos momentos no tenemos en marcha acuerdos con bancos españoles, no sería un mal camino para abordar el futuro.

P. ¿Cuáles son las diferencias sustanciales entre los bancos españoles y los portugueses en cuanto a solvencia, márgenes y equipamiento?

R. No hay tantas diferencias como puede parecer en un primer momento. La banca portuguesa, que no ha pasado la crisis de selección que atravesó la española, ha logrado hacer un extraordinario esfuerzo por elevar sus niveles de competitividad. Hemos afrontado una modernización en equipos y sistemas que nos ha situado en un buen nivel. El coeficiente de solvencia de la banca portuguesa tampoco está lejos de la Comunidad Europea, y los márgenes se han estrechado sin perder por ello interés el negocio.

P. ¿Observa usted un creciente interés de los bancos españoles por introducirse en el mercado portugués?

R. Desde hace un par de años varios bancos han incrementado su interés por aumentar su presencia en Portugal. En estos momentos, como sucursal de banco español está el Banco Exterior de España, y el Hispano Americano y el BBV cuentan con una sociedad de inversiones. El Banco Santander ha tomado una participación en un banco portugués.

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