Dos víctimas del 'timador del taxi' le califican de "intermediario de confianza" dentro del sector

Miguel Ángel Rodríguez, de 32 años, y Dolores Micó, de 28, son dos de las al menos 15 víctimas del timo del taxi. Ambos vendieron sus licencias y sus coches a Francisco Rodríguez, un intermediario en el que confiaban "por ser conocido en el sector": Miguel Ángel, por ocho millones; Dolores, por 9,2 millones. Ninguno llegó a recibir el dinero. El comprador huyó dejando en la estacada a las víctimas, con créditos y deudas pendientes por valor de 200 millones. La policía considera que Rodríguez no pudo huir con mucho dinero, dado el tren de vida a que estaba acostumbrado.Miguel Ángel Rodrí...

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Miguel Ángel Rodríguez, de 32 años, y Dolores Micó, de 28, son dos de las al menos 15 víctimas del timo del taxi. Ambos vendieron sus licencias y sus coches a Francisco Rodríguez, un intermediario en el que confiaban "por ser conocido en el sector": Miguel Ángel, por ocho millones; Dolores, por 9,2 millones. Ninguno llegó a recibir el dinero. El comprador huyó dejando en la estacada a las víctimas, con créditos y deudas pendientes por valor de 200 millones. La policía considera que Rodríguez no pudo huir con mucho dinero, dado el tren de vida a que estaba acostumbrado.Miguel Ángel Rodríguez compró su licencia de taxista por 5,6 millones de pesetas hace tres años. Pensaba entonces que con el taxi podría tener un puesto de trabajo fijo y obtener más dinero que como electricista a sueldo. A finales del pasado año, agobiado por el estrés que le producía el tráfico, decidió volver a su antiguo trabajo.

Miguel Ángel, que todavía sigue pagando el crédito hipotecario a cinco años que pidió para la compra de la licencia y el vehículo, se puso en contacto con Francisco Rodríguez Jiménez, propietario de un negocio de compra-venta de taxis muy conocido en el sector. Miguel Ángel le pidió ocho millones, y Francisco Rodríguez, tras un mínimo regateo, aceptó.

"Me dio 500.000 pesetas de señal y se comprometió a pagarme el resto cuando encontrara un comprador", afirma. "Un viernes me avisó que había vendido el coche y me citó para el lunes siguiente. El lunes, él no fue a la oficina, y en la calle había otras personas, como yo, esperando que cumpliera sus compromisos".

"Es normal que la gente acudiera a Rodríguez", dice Dolores Micó, "porque se encargaba de gestionar los créditos y tenía mucha credibilidad en el sector".

Dolores tuvo que vender el taxi que compró en 1988 por ocho millones al no poder afrontar los créditos que tenía. "Ahora me veo obligada a vender el piso de mi madre para poder devolver el dinero a los bancos". Francisco Rodríguez se había comprometido, según Dolores, a pagarle más de nueve millones por la licencia y el taxi, justo la cantidad que adeuda a los bancos.

Los vehículos que vendieron Miguel Ángel y Dolores, además del de Francisco Rodríguez, fueron revendidos en lote por 15 millones a otro intermediario, según las investigaciones realizadas por un detective privado contratado por los afectados.

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