La Bolsa de Nueva York perdió ayer 28,37 puntos

Una ola de ventas cerca del cierre produjo una fuerte baja en Wall Street que acabó la jornada perdiendo todas las ganancias del lunes. El principal indicador del mercado, el Dow Jones, quedó a 2.766,00 con baja de 28,37 puntos. Las bajas superaban a las alzas por nueve a cinco con un volumen de 163 millones de acciones. Aparentemente, los inversores estadounidenses perciben que el descenso de los tipos de interés norteamericanos no es lo suficientemente rápido como para evitar que se produzca un corto período de recesión. En la madrugada de ayer la bolsa de Tokio perdió 343,50 puntos, preámbu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una ola de ventas cerca del cierre produjo una fuerte baja en Wall Street que acabó la jornada perdiendo todas las ganancias del lunes. El principal indicador del mercado, el Dow Jones, quedó a 2.766,00 con baja de 28,37 puntos. Las bajas superaban a las alzas por nueve a cinco con un volumen de 163 millones de acciones. Aparentemente, los inversores estadounidenses perciben que el descenso de los tipos de interés norteamericanos no es lo suficientemente rápido como para evitar que se produzca un corto período de recesión. En la madrugada de ayer la bolsa de Tokio perdió 343,50 puntos, preámbulo de incertidumbre que no afectó visiblemente a las bolsas europeas. Curiosamente Francfort se encuentra respaldada por la inversión japonesa. La atención anoche se centraba en una posible nueva caída dramática de Tokio.La Bolsa de Francfort continuó su fuerte tendencia al alza, gracias a la constante inyección de liquidez por parte de inversores japoneses. En efecto, el índice Dax subió un 1,5%, cerrando a 1.865 puntos, es decir, muy cerca del máximo histórico situado en 1.876. Aparentemente, el flujo de órdenes compradoras provenientes de Japón continuará a medio plazo, aunque quizá a un ritmo más moderado. En opinión de los analistas, existen tres factores tras las inversiones japonesas en Alemania: la armonización de los mercados europeos en 1993, el convencimiento de que las empresas de la RFA serán las que más se beneficien de las reformas históricas en Europa Oriental y, por último, la debilidad del yen frente al marco alemán. Por otra parte, la debilidad del dólar, junto al enfriamiento de la economía norteamericana, han producido un cambio en la estrategia de los inversores japoneses, que están comenzando a desinvertir en Estados Unidos para dirigir su interés a RFA.

Archivado En