NECROLÓGICAS

Lennox Berkeley, compositor

A consecuencia de una larga afección respiratoria murió el martes en Londres el compositor Lennox Berkeley, nacido en Oxford hace 86 años. Pertenecía a la generación de 1901, como Rubbra, Walton, Lambert, Rawsthorne y Tippet; es decir, la anterior a la de Benjamin Britten, autor con el que Berkeley colaboró en 1937 en una suite sobre tema catalán denominada Montjuich. No fue la única vez que Berkeley prestó atención a lo hispánico, por lo que sentía fuerte atracción, pues cuenta con unas improvisaciones sobre un terna de Falla para piano (1960), una sonatina para guitarra (1957) ...

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A consecuencia de una larga afección respiratoria murió el martes en Londres el compositor Lennox Berkeley, nacido en Oxford hace 86 años. Pertenecía a la generación de 1901, como Rubbra, Walton, Lambert, Rawsthorne y Tippet; es decir, la anterior a la de Benjamin Britten, autor con el que Berkeley colaboró en 1937 en una suite sobre tema catalán denominada Montjuich. No fue la única vez que Berkeley prestó atención a lo hispánico, por lo que sentía fuerte atracción, pues cuenta con unas improvisaciones sobre un terna de Falla para piano (1960), una sonatina para guitarra (1957) en la que cita la Danza del molinero, canciones y poemas sobre santa Teresa o Las campanas de Córdoba.Si Berkeley muestra, dentro de su eclecticismo, un cierto talante conservador, debidamente matizado con aportaciones originales, los rasgos principales de su personalidad le vienen determinados por su formación parisiense, al lado de Nadia Boulanger, y su entusiasmo por la claridad de líneas, la concisión de forma y la viveza del color, que son rasgos propios no sólo de lo francés, sino, más extensamente, del arte musical mediterráneo.

Su Concertino para guitarra y orquesta se escuchó en Madrid el año 1975, poco después de su composición, y también era relativamente conocida entre nosotros su obra de cámara, principalmente el trío o el cuarteto en memoria de Stravinski. Obras todas plenamente atractivas y bastante al margen de lo que suele entenderse por gusto británico, al que responden con mayor fidelidad las óperas Nelson, Ruth y Castaway. El Stabat Mater, de 1947, y el Magnificat, de 1968, pueden representar, con los motetes en latín, su consistente producción religiosa. En definitiva, la importancia de Berkeley, autor de una música no sólo interesante, sino bella, no merece el olvido al que le sumen los historiadores, como es el caso, por citar publicaciones recientes, de la Historia de la música de la Sociedad Italiana de Musicología, la publicada en Madrid por la colección Fundamentos o el Lexikon impreso en Mannheim por el Instituto Bibliográfico en 1984.

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