Crítica:

'Cowboy de medianoche'

22.20 - TVE-1 (107 minutos).

Joe Buck es un joven texano con inagotables chorros de ingenuidad y el doble de insensatez, cualidades que le llevan a tomar el sendero de la tierra prometida, Nueva York, donde pretende ejercer varios reinados, con especial predilección por el ejercicio de semental bien pagado. Como Nueva York anda ya sobrada de chulos, su fracaso es inmediato y su frustración desesperada. Su principal punto de apoyo y, en apariencia, su contrapunto, es Ratso, un astuto vagabundo con mucho corazón aunque pulmones destrozados. Y decimos en apariencia porque también él vive d...

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22.20 - TVE-1 (107 minutos).

Joe Buck es un joven texano con inagotables chorros de ingenuidad y el doble de insensatez, cualidades que le llevan a tomar el sendero de la tierra prometida, Nueva York, donde pretende ejercer varios reinados, con especial predilección por el ejercicio de semental bien pagado. Como Nueva York anda ya sobrada de chulos, su fracaso es inmediato y su frustración desesperada. Su principal punto de apoyo y, en apariencia, su contrapunto, es Ratso, un astuto vagabundo con mucho corazón aunque pulmones destrozados. Y decimos en apariencia porque también él vive de vanas ilusiones, soñando continuamente en viajar a Florida y curarse con su clima.

Cowboy de medianoche, uno de los éxitos del cine americano de los años sesenta, adscrito al inconformismo propio de la época y realizado por un inglés, John Schlesinger, puede resultar vista ahora una obra sobrevalorada, una crítica al sueño americano en exceso simple, pero no exenta de interés, principalmente en lo referente a los actores: John Voight posee el físico y la simpatía requeridas, y el número de Dustin Hoffman, con su aspecto, sus andares, su tos y su voz -doblado pierde todo sentido-, es de los que hacen historia.

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