El Parlamento portugués aprueba los presupuestos con el rechazo de la oposición

El Parlamento de Lisboa aprobó ayer, después de tres días de debate tibio, los presupuestos y grandes orientaciones de los prespuestos para el año 1990 con, como ya es costumbre, el voto contrario de los. partidos de la oposición.En años de vacas gordas y frente a un presupuesto que ella misma calificó de expansivo no es fácil la tarea de los partidos de la oposición, socialista y comunista, y la mayoría socialdemócrata aprovechó ampliamente la oportunidad para presentarse "optimista y determinada" en vísperas de la campaña para las elecciones municipales de¡ 17 de diciembre, mientras que el G...

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El Parlamento de Lisboa aprobó ayer, después de tres días de debate tibio, los presupuestos y grandes orientaciones de los prespuestos para el año 1990 con, como ya es costumbre, el voto contrario de los. partidos de la oposición.En años de vacas gordas y frente a un presupuesto que ella misma calificó de expansivo no es fácil la tarea de los partidos de la oposición, socialista y comunista, y la mayoría socialdemócrata aprovechó ampliamente la oportunidad para presentarse "optimista y determinada" en vísperas de la campaña para las elecciones municipales de¡ 17 de diciembre, mientras que el Gobierno, con peso en el hemiciclo, parecía querer desmentir los rumores de que circularon en la oposición traté, con algún éxito, de desviar la discusión de los gastos públicos hacia el tema de los ingresos, y su caballo de batalla ha sido intentar probar el irrealismo de los presupuestos sometidos a la apreciación del Parlamento.

Por un lado, argumentaron socialistas y comunistas, las previsiones relativas a la inflación (entre un 9,5% y un 10,5%, según el ministro de Hacienda) están como mínimo tres puntos por debajo de las previsiones razonables, con lo cual el dinero atribuido a los sectores llamados prioritarios (enseñanza, sanidad y obras públicas) es menor de lo que parece, y por el contrario, los ingresos fiscales serán superiores a lo previsto, anulando la supuesta reducción de los impuestos directos.

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