Tribuna:

Misterios de Oriente

El tópico del misterioso Oriente no se desvanece. Un reportaje gráfico, El túnel del tiempo, publicado por El País Semanal el pasado domingo, es buena prueba de la posibilidad de vender japoneses por chinos sin que los controles internos del periódico puedan descubrirlo. La queja la planteó una lectora, Sok Kan Lai, nacida en Hong Kong y residente en Barcelona, quien, además de indicar que en la colección de fotografías sobre la China de comienzos de siglo aparecían varias fotos de japoneses, subrayó el error que supone situar la dinastía Ming en los primeros años del sigl...

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El tópico del misterioso Oriente no se desvanece. Un reportaje gráfico, El túnel del tiempo, publicado por El País Semanal el pasado domingo, es buena prueba de la posibilidad de vender japoneses por chinos sin que los controles internos del periódico puedan descubrirlo. La queja la planteó una lectora, Sok Kan Lai, nacida en Hong Kong y residente en Barcelona, quien, además de indicar que en la colección de fotografías sobre la China de comienzos de siglo aparecían varias fotos de japoneses, subrayó el error que supone situar la dinastía Ming en los primeros años del siglo XX, como lo hace la entradilla de presentación del reportaje.Las oficinas de prensa de las embajadas de Japón y China en Madrid confirmaron al defensor de los lectores que el reportaje contenía fotografías de dos culturas distintas. El reportaje gráfico, colección Gilles Dalpayrat, había sido comprado por los responsables de El País Semanal a la agencia francesa GLMR a través de una agencia de distribución española.

El redactor jefe del dominical, Alberto Anaut, explicó el proceso que llevó a la publicación del reportaje: "El reportaje lo compramos a la agencia internacional GLRM Asociés, de París, a través de Flash Press en España. El conjunto de fotografías venía perfectamente identificado como Un viaje por China, 1905-1920, acompañado de pies en los que se hacían constantes menciones al origen chino de cada diapositiva. Asimismo, una entradilla periodística recalcaba este carácter".

"Normalmente, nuestras relaciones con agencias establecidas en España se basan en la buena fe y la mutua confianza, por lo que, al estar todo tan claro, ésa era la impresión, no consideramos necesario un chequeo de estos datos. Evidentemente, el resultado no ha sido el esperado, pero creo que la actuación por parte nuestra fue correcta. Los lectores tienen derecho a sentirse defraudados, y nosotros, al menos profesionalmente, estafados".

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"Sí hubo un error propio: en el texto se decía que a la dinastía Ming se debía la reorganización china que dio lugar a los mandarines, que tanto marcaron los primeros años del siglo XX, al que está dedicado el reportaje. Este dato fue utilizado erróneamente en la entradilla por la redacción de El País Semanal, cuando en los tiempos en que se hicieron la fotos, entre 1905 y 1920, reinaba la dinastía manchú". "De todo el incidente", concluye Anaut, "podemos sacar algunas conclusiones. La que de ninguna manera me parecería justa es la de pensar que todas las agencias son malas; no es verdad. Alguna, evidentemente, sí".

Comentarios de cine

Carmelo Hernández Fuentes ha escrito al director del diario para quejarse del artículo Asesinos y ángeles, firmado por Juan Arribas y publicado en el suplemento Tele País del pasado 20 de octubre. El lector ha descubierto que cuatro líneas del comentario de Arribas sobre el actor norteamericano Montgomery Clift coinciden textualmente con un comentario sobre el mísmo actor publicado en el tercer tomo, página 289, de Historia del cine, editada por Sarpe en 1988.

"Sólo dos preguntas", escribe el lector: "¿Cuántas reseñas críticas cinematográficas copia textualmente el señor Arribas de otros libros, revistas o enciclopedias sobre el terna? ¿Es éste un método extendido entre los señores críticos a la hora de redactar sus colaboraciones?".

Juan Arribas, colaborador de EL PAÍS, señaló al ombudsman que utilizó documentación de varios libros para preparar su comentario sobre las películas de la semana en televisión. Por una descuido, que lamenta, incluyó en el comentario una de las fichas que había preparado sin pretensión de plagiar a nadie, ya que para él no supone ningún desdoro citar las fuentes de su información.

Los lectores pueden ponerse en contacto directamente con el ombudsman llamando, de lunes a viernes, al teléfono 754 45 53 de Madrid.

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