Crítica:

El testamento de Chaplin

Vista el pasado año, dentro del ciclo dedicado a su autor, Charles Chaplin, La condesa de Hong Kong es un filme al que siempre conviene volver, principalmente si entendemos que desde el momento de su estreno finales de los sesenta- ha sido objeto de injustos menosprecios.En efecto, se acusó a Chaplin de ofrecer cine viejo. Se entiende: por aquellas fechas requeríamos innovaciones, y el cineasta se descolgó de su retiro -su película anterior, Un rey en Nueva York, data de casi 10 años antes- con una comedia romántica, melancólica, de corte clásico, sencilla, modesta, muy ag...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Vista el pasado año, dentro del ciclo dedicado a su autor, Charles Chaplin, La condesa de Hong Kong es un filme al que siempre conviene volver, principalmente si entendemos que desde el momento de su estreno finales de los sesenta- ha sido objeto de injustos menosprecios.En efecto, se acusó a Chaplin de ofrecer cine viejo. Se entiende: por aquellas fechas requeríamos innovaciones, y el cineasta se descolgó de su retiro -su película anterior, Un rey en Nueva York, data de casi 10 años antes- con una comedia romántica, melancólica, de corte clásico, sencilla, modesta, muy agradable. Esa fidelidad a su concepción del cine ha de entenderse también considerando que ésta era ya una película que Chaplin quiso rodar en 1937, con Gary Cooper y Paulette Goddard de protagonistas).

Con todo, La condesa de Hong Kong sigue siendo una cinta incomprendida. Comedia de interiores -un transatlántico monopoliza la acción-, comedia sentimental y muy bien dialogada -de Chaplin es el guión, como la música y un pequeño papel de camarero, su despedida de las pantallas-, La condesa de Hong Kong cuenta además con dos monstruos sagrados, Marlon Brando y Sofia Loren. Démosle una nueva oportunidad, porque es una gran película.

La condesa de Hong Kong se emite a las 2.00 por TVE-1.

Archivado En