Un cabo, arrestado 14 días por no estar en posición de firmes mientras le pegaba un jefe

El cabo Juan Manuel Serrano Morales, que el pasado mayo cumplía el servicio militar en Cerro Muriano (Córdoba) fue arrestado 14 días por no estar en posición de firmes mientras un teniente coronel le pegaba. El superior sólo fue castigado con ocho días de arresto domiciliario, según se deduce de la denuncia presentada por el cabo ante el juzgado de Granada contra el agresor y contra el general José Cassinello (que ordenó los arrestos) y del informe confidencial redactado por este último.

El informe del general José Cassinello Pérez, hermano del capitán general de la Región Pirenaica Ori...

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El cabo Juan Manuel Serrano Morales, que el pasado mayo cumplía el servicio militar en Cerro Muriano (Córdoba) fue arrestado 14 días por no estar en posición de firmes mientras un teniente coronel le pegaba. El superior sólo fue castigado con ocho días de arresto domiciliario, según se deduce de la denuncia presentada por el cabo ante el juzgado de Granada contra el agresor y contra el general José Cassinello (que ordenó los arrestos) y del informe confidencial redactado por este último.

El informe del general José Cassinello Pérez, hermano del capitán general de la Región Pirenaica Oriental, Andrés Cassinello, reconoce que el teniente coronel Luis Sánchez Garrido sacó al cabo "cogido de una oreja" de la habitación desde la que controlaba el pase de una película en el vídeo comunitario del cuartel. A continuación, prosigue el informe (al que ha tenido acceso EL PAÍS), el superior "le golpeó varias veces con la mano abierta", ya que el subordinado adoptaba .una postura poco correcta, dándole explicaciones y gesticulando sin permanecer en la correcta posición de firines".Aunque el cabo explicó posteriormente que "no podía adoptar la posición de firmes porque estaba muy nervioso y le estaba golpeando", según admite el general en su escrito, éste decidió aplicarle el artículo 8, número 10, de la ley de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, que considera como falta leve "las razones descompuestas o réplicas desatentas a los superiores".

El propio general Cassinello interpreta, basándose en las Reales Ordenanzas, que "la subordinación y la disciplina tienen su manifestación externa en la compostura debida para con los superiores, y que se concreta en hablarles en la posición de firmes".

Los golpes propinados al joven por el teniente coronel también fueron calificados por el general como falta leve, en aplicación del artículo 8, número 14 del Régimen Disciplinario, que castiga el "corregir a un subordinado de forma improcedente o imponerle una sanción desproporcionada". De haber aplicado al agresor el artículo 9, número 11, de la misma ley, que sanciona a los mandos por "excederse arbitrariamente en el ejercicio de su autoridad", el teniente coronel debería haber sido castigado, como autor de una falta grave, con uno a tres meses de arresto o pérdida de destino.

Aunque el general dio a ambos hechos -los golpes y la descompostura- la misma calificación disciplinaria de falta leve, que está castigada con uno a 30 días de arresto, Cassinello fue mucho más severo con el cabo que con el teniente coronel, ya que al primero le impuso 14 días de arresto en el cuartel y al segundo ocho días en su domicilio.

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Falsa felación

La denuncia presentada ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada por el joven explica que la película que se estaba proyectando en el vídeo del cuartel era La pasión de China Blue, de Ken Russell, y coincide con el informe del general al señalar que la irritación del teniente coronel vino provocada porque éste vio una escena en la que una mujer lamía el dedo pulgar del pie a un hombre y confundió dicho acto con una felación.

"Pese a los premios de la película y la mayoría de edad de todos los espectadores de este núcleo", continúa la denuncia, el teniente coronel ordenó que se suspendiera de inmediato la proyección, por lo que el cabo apagó la televisión, aunque ello no impidió que el filme siguiera viéndose en la base.

"Acto seguido", explica el agredido, "y sin apenas darme tiempo de reaccionar, dicho teniente coronel me agarró de la oreja, sacándome de esta forma de las dependencias en que me encontraba, y la emprendió a golpes conmigo, haciéndome bajar seis escalones a base de bofetadas y tortazos, habiendo presenciado este hecho bastantes testigos". Tres de los testigos, un cabo primero, un cabo y un soldado, firman la denuncia judicial junto con la víctima.

"Una vez que este teniente coronel acabó conmigo", explica el cabo, "me personé inmediatamente ante el médico de servicio, acompañado por uno de los testigos, y dicho médico me dijo que me encontraba con una fuerte crisis nerviosa y el rostro enrojecido".

Aunque los hechos se produjeron el 30 de mayo, la demanda no se presentó hasta un mes después, según explica el cabo en su escrito ante el juzgado, "por miedo a las represalias". De hecho, el arresto de 14 días y el posterior cambio de destino no fueron, en su opinión, sino represalias porque dio parte militar del hecho.

Estos mismos temores son los que le llevan a solicitar explícitamente al juez "que los testigos sean citados en el juzgado civil" y los que le hicieron desistir de presentar un recurso contra el arresto ante la autoridad militar compentente, convencido de que sólo un juez civil hará que "se aplique la justicia en sus términos legales, y ambas conductas (la del teniente coronel y la del general) no queden sin la sanción" que les corresponda.

El 1 de agosto pasado, Juan Manuel Serrano Morales, de 20 años, se licenció del servicio militar tras haber sufrido, en su opinión, "una aplicación arbitraria del derecho y una sanción injusta, porque no podía quedar la cosa con sancionar a un jefe sin sancionar a un soldado".

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