GENTE

Víctor Laszlo

La victoria de la paradoja

OCTAVI MARTÍ, Se llama Víctor Laszlo, pero es mujer; mulata, pero de ojos gris azulado. Su padre nació en la Martinica; la madre, en las Antillas británicas, y ella, en Francia, pero vive en Bélgica. Está rodando en Barcelona una película como protagonista, aunque no es actriz, sino cantante. Le gusta el jazz, los blues o los ritmos suramericanos, pero mientras hablamos suena La forza del destino. Su papel en Boom-Boom, el filme en el que la dirige Rosa Vergés, le interesó porque "me permite hacer reír sin convertirme en payaso. Hasta ahora, las únicas ofertas que me habían llega...

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OCTAVI MARTÍ, Se llama Víctor Laszlo, pero es mujer; mulata, pero de ojos gris azulado. Su padre nació en la Martinica; la madre, en las Antillas británicas, y ella, en Francia, pero vive en Bélgica. Está rodando en Barcelona una película como protagonista, aunque no es actriz, sino cantante. Le gusta el jazz, los blues o los ritmos suramericanos, pero mientras hablamos suena La forza del destino. Su papel en Boom-Boom, el filme en el que la dirige Rosa Vergés, le interesó porque "me permite hacer reír sin convertirme en payaso. Hasta ahora, las únicas ofertas que me habían llegado de la gente del cine me obligaban a repetir el personaje que me inventé hace cinco años para debutar en el mundo de la canción: mujer sexy, con un glamour de cine negro, fría y un tanto hierática, vestida con trajes de lamé muy ajustados. El guión de Boom-Boom me hizo reír desde el primer momento y me ofrece la oportunidad de ser alguien distinto, de ridiculizarme".

Viaja con su hijo de 17 meses, Maxim, de pelo rubio y ensortijado. "Cuando vives entre gente del espectáculo, siempre de aquí para allá, con los horarios cambiados, un hijo es tu único asidero a la realidad, él es mi hogar. Y mientras no tenga edad de ir a la escuela, prefiero que esté conmigo siempre que sea posible". El técnico de sonido de Boom-Boom no participa del entusiasmo de la cantanteactriz, aunque admite que han sido muy pocos los momentos en que Maxim se ha filtrado por sus micros. "El nombre artístico de Víctor Laszlo lo elegí porque sonaba bien. La relación de simpatía con el personaje que interpreta Paul Henried en Casablanca es inconsciente". Y hay que aceptar la explicación, aunque no nos la creamos.

En 1987, cuando tenía 26 años, presentó el festival de Eurovisión. "No me interesa lo más mínimo el tipo de música que representa, pero me sirvió para darme a conocer en otra faceta. Al principio, muchos críticos me comparaban a Sade. Necesitaban ponerme una etiqueta. Ahora ya no lo hacen".

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