Ramón Buxarrais,

obispo de Málaga, ha vuelto a la carga en sus denuncias veraniegas. Hace años hizo una dura crítica de la ostentación y el despilfarro del que hacían gala ciertos personajes de lajet en Marbella. Este año el obispo de Málaga ha acusado a los periodistas de desconocer lo bello y proclamar el vicio. En un artículo remitido a los medios de información malagueños y bajo el título de Las contradicciones del verano, Buxarrais dice que se llenan las páginas de periódicos y revistas "de personas, mejor dicho cuerpos, y acontecimientos repelentes para cebar el morbo de unos lectores más a...

obispo de Málaga, ha vuelto a la carga en sus denuncias veraniegas. Hace años hizo una dura crítica de la ostentación y el despilfarro del que hacían gala ciertos personajes de lajet en Marbella. Este año el obispo de Málaga ha acusado a los periodistas de desconocer lo bello y proclamar el vicio. En un artículo remitido a los medios de información malagueños y bajo el título de Las contradicciones del verano, Buxarrais dice que se llenan las páginas de periódicos y revistas "de personas, mejor dicho cuerpos, y acontecimientos repelentes para cebar el morbo de unos lectores más acostumbrados a mirar que a reflexionar". Así habla de una madre en Marbella que presentó a su hijo "regenerado" del problema de la droga ante los cristianos que habían participado en una misa vespertina, mientras que, "según leímos en un periódico, en una lujosa mansión de la Costa del Sol se organizaba el pasado 21 de julio una orgía o bacanal en la que, entre otras inmoralidades, se ofrecía a los invitados el carisimo polvo blanco".

Tampoco cree congruente el obispo Buxarrais que mientras se gana en aprecio a los animales, refiriéndose al caso de la foca monje Peluso, salvada recientemente de una nasa que oprimía su abdomen y hacía peligrar su vida, no se proteja a los fetos humanos y se hable de manera eufemística del aborto y se difunda con total normalidad el número de casos que se producen actualmente en nuestro país.