TENIS / TORNEO DE WIMBLEDON

Edberg cortó la buena racha de McEnroe en un partido mediatizado por la lluvia

El sueco Stefan Edberg (segundo cabeza de serie del torneo) concluyó ayer el revival del estadounidense John McEnroe (quinto) al derrotarle por 7-5, 7-6 (7-2) y 7-6 (7-5), en tres horas, en la primera semifinal de Wimbledon. McEnroe complicó mucho las cosas al campeón del año pasado, pero fue incapaz de imponerse en tres sets muy cerrados. La lluvia interrumpió el partido durante más de dos horas y obligó a aplazar hasta hoy (una de la tarde) la otra semifinal, entre el checoslovaco Ivan Lendl (primero) y el alemán occidental Boris Becker (tercero). A continuación se disputará la final femenin...

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El sueco Stefan Edberg (segundo cabeza de serie del torneo) concluyó ayer el revival del estadounidense John McEnroe (quinto) al derrotarle por 7-5, 7-6 (7-2) y 7-6 (7-5), en tres horas, en la primera semifinal de Wimbledon. McEnroe complicó mucho las cosas al campeón del año pasado, pero fue incapaz de imponerse en tres sets muy cerrados. La lluvia interrumpió el partido durante más de dos horas y obligó a aplazar hasta hoy (una de la tarde) la otra semifinal, entre el checoslovaco Ivan Lendl (primero) y el alemán occidental Boris Becker (tercero). A continuación se disputará la final femenina, entre la alemana occidental Steffi Graf (primera) y la norteamericana Martina Navratilova, (segunda). Los encuentros serán televisados por las cadenas autonómicas.

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El sueco Stefan Edberg parece alcanzar su mejor nivel cuando, como ayer, aparecen las nubes negras sobre el cielo de Wimbledon. El año pasado ganó el torneo en unas condiciones muy similares -la final tuvo que completarse el lunes- y ayer acabó con la buena racha del estadounidense John McEnroe, al que muchos habían colocado en un ataúd tenístico por su crisis deportiva de los últimos años. McEnroe desmintió a los agoreros y de mostró que, pese a tener 30 años y no haber sido nunca un fanático de la preparación física, posee la calidad necesaria para complicarle la vida al campeón de Wimbledon. De hecho, McEnroe llegó a tener una bola de set en el décimo juego de la tercera manga y Edberg tuvo que elevar al máximo su nivel para derrotarle en tres cerrados sets. "Esa pelota fue decisiva", dijo luego McEnroe; "sentía que mi momento había llegado".La semifinal fue un diálogo de servicios que comenzó balbuceante para mejorar después. En las dos primeras mangas Edberg colocó el 51% de los primeros y McEnroe el 39%. En la tercera, la mejor a partir de la interrupción por la lluvia -con 2-3 para McEnroe, tras 2.12 horas de partido-, ambos mejo raron, con un 56% para Edberg y un 51% para McEnroe. Los saques eran claves en este encuentro porque ambos necesitaban incomodar al máximo el resto de su rival y llegar así fácilmente a conectar la demoledora volea. Por eso, también, se cometieron tantas dobles faltas: nueve por lo que se refiere a McEnroe y seis en lo concerniente a Edberg.

Los puntos Importantes

La gran diferencia radicó en el modo de jugar los puntos realmente importantes. McEnroe, por ejemplo, dejó escapar una ventaja de 4-3 y una rotura de servicio a su favor en el primer set, que acabó cediendo, junto a su saque, en el duodécimo juego. Tampoco jugó bien en el juego decisivo o tie-break de la segunda manga y no supo aprovechar ni la bola de set de la tercera ni el juego que cerré el partido. Quizá la razón estuvo en que McEnroe no tiene la insultante seguridad en sí mismo de antaño y eso le llevó a no elevar su nivel en los puntos cruciales. Además, ayer parecía atravesar un día especialmente negativo porque después de cada punto fallado se replegaba a la retaguardia del fondo de la pista haciendo ostensibles signos de desilusión, como si una gran depresión le afectase por no poder imponer su estilo.

"Jugué lo mejor que pude", dijo McEnroe, "pero no ha sido suficiente". El partido tuvo puntos sensacionales, aunque en la mayoría de las ocasiones todo concluía con un saque y una volea. Edberg impuso su mayor velocidad de movimientos en la red, en la que su volea de revés es excepcional, y desbordó en algunas ocasiones a McEnroe con restos cruzados o paralelos que el estadounidense sólo podía seguir con la mirada. Aun así, a fuerza de voluntad y de calidad innata, McEnroe siempre se mantuvo en pie. "Creo que no ha habido gran diferencia", dijo después Edberg, "pero yo he jugado mejor en los finales de cada uno de los sets".

McEnroe prometió volver a intentarlo el próximo año, aunque reconoció que cada vez va a ser más difícil: "No puedo estar contento porque he perdido, aunque he hecho un buen torneo. Pero me sentía capaz de ganarlo y me he quedado muy cerca. Va a ser diricil que lo logre, pero voy a intentar mejorar mis golpes. Creo que mi tenis se adapta muy bien a la hierba y que éste siempre será un torneo en el que tenga bastantes posibilidades".

Lendl-Becker, hoy

La lluvia afectó a los otros semifinalistas, el checoslovaco Ivan Lendl y el alemán occidental Boris Becker, que vieron aplazado su partido hasta hoy.

El año pasado sucedió algo muy parecido: Edberg se clasificó para la final el viernes y Becker tuvo que hacerlo el sábado a causa de la lluvia y también frente a Lendl. Seguro que ambos pensaron en ello mientras esperaban en el vestuario comenzar un partido que, al cabo, no se jugará hasta esta misma mañana.

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