Sin tiempo para disfrutar

Lo normal es que, mientras usted lee esta historia, esté haciendo al menos; otra cosa al tiempo: aguantar un atasco o esperar en un aeropuerto, por ejemplo. Parece evidente que el tiempo se ha convertido en un bien escaso y preciado. La aceleración en nuestras vidas no es una mera percepción, ya que incluso una encuesta realizada en EE UU muestra un descenso del 37% en la cantidad de tiempo dedicada al ocio desde 1973.Muchas cosas de nuestra vida están cambiando por culpa de la falta de tiempo, alguna de ellas triviales, pero existe preocupación por las consecuencias que puede tener para la fa...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Lo normal es que, mientras usted lee esta historia, esté haciendo al menos; otra cosa al tiempo: aguantar un atasco o esperar en un aeropuerto, por ejemplo. Parece evidente que el tiempo se ha convertido en un bien escaso y preciado. La aceleración en nuestras vidas no es una mera percepción, ya que incluso una encuesta realizada en EE UU muestra un descenso del 37% en la cantidad de tiempo dedicada al ocio desde 1973.Muchas cosas de nuestra vida están cambiando por culpa de la falta de tiempo, alguna de ellas triviales, pero existe preocupación por las consecuencias que puede tener para la familia. La falta de tiempo de muchos padres está quebrando la relación con sus hijos hasta niveles preocupantes. Y esto ocurre contra todas las previsiones hechas sobre la sociedad de los ordenadores y los satélites. Se pensaba que se iba a tener más tiempo libre y el resultado es el contrario.

La tranquilidad anhelada no la van a traer invenciones o descubrimientos científicos. Tal cosa sólo ocurrirá con un drástico cambio en las actitudes personales y sociales, y en la economía. La preocupación por la falta de tiempo. libre se hace alarmante cuando pensamos en los niños, que necesitan disponer de tiempo libre incluso para perderlo. Ya empieza a ocurrir que niños de ocho años cuidan de sus hermanos de tres años. Se empieza a observar que hay niños con depresiones. Tal cosa no hubiera podido predecirse hace 35 años.

23 de abril

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En