Compás de espera en el Gobierno al no haber reivindicación de los atentados

La falta de una revindicación expresa y formal por ETA Militar de los atentados, acreditada por la utilización de los canales de transmisión ordinarios, permitió ayer prolongar el compás de espera que el Gobierno y algunas fuerzas políticas parecen haberse concedido para anunciar el final de la tregua que mantenía la organización terrorista.Estas actitudes, caracterizadas por una cautela extrema más allá incluso de lo que parecen evidenciar los hechos, contrastan con los comentarios e interpretaciones sobre la ruptura de hecho de la tregua realizadas públicamente por personas vinculadas a Herr...

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La falta de una revindicación expresa y formal por ETA Militar de los atentados, acreditada por la utilización de los canales de transmisión ordinarios, permitió ayer prolongar el compás de espera que el Gobierno y algunas fuerzas políticas parecen haberse concedido para anunciar el final de la tregua que mantenía la organización terrorista.Estas actitudes, caracterizadas por una cautela extrema más allá incluso de lo que parecen evidenciar los hechos, contrastan con los comentarios e interpretaciones sobre la ruptura de hecho de la tregua realizadas públicamente por personas vinculadas a Herri Batasuna.

El diario Egin publicaba ayer que los explosivos contra la Renfe en Navarra ratifican que ETA Militar "ha abierto todos sus frentes". Un dirigente del PNV indicó ayer que los últimos atentados constituyen "un ataque selectivo" dirigido a solicitar la reapertura de las conversaciones de Argel.

La policía ha llegado, por su parte, a la conclusión de que el paquete-bomba que hirió gravemente al viernes en Irún al profesor de formación profesional, José Rubio, es obra de ETA Militar. El procecimiento es idéntico al que la organización terrorista utilizó contra los empresarios Garavilla y Aseguinolaza, si bien los paquetes enviados por la organización terrorista en esos casos no contenían explosivos sino únicamente un detonador.

La bomba que amputó un antebrazo y una mano a José Rubio estaba en el interior de un libro de heráldica vaciado con las tapas intactas. El libro y su carga mortífera se encontraba dentro de un sobre amarillo acolchado, y fué depositado junto a los buzones en un estante de la comunidad de vecinos, poco antes de ser recogido por la víctima. Iba efectivamente dirigido a un funcionario de policía que habita en un piso superior de la casa.

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