Municipales francesas
He aquí los principales indicios de cambio manifestados el domingo: incremento de la abstención en el escrutinio municipal; alza de los ecologistas, llamados a ser, tras los lepenistas, los árbitros de la segunda vuelta; victoria de notables disidentes. Ninguno de estos signos pone en duda el equilibrio izquierda-derecha, que registra una estabilidad considerable. Si el enfrentamiento entre los dos campos tradicionales se mantiene en cifras y situaciones, su calidad ha cambiado: el tono de los comentarios, el estilo de la campaña y el valor de los argumentos son moderados, inclus...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
He aquí los principales indicios de cambio manifestados el domingo: incremento de la abstención en el escrutinio municipal; alza de los ecologistas, llamados a ser, tras los lepenistas, los árbitros de la segunda vuelta; victoria de notables disidentes. Ninguno de estos signos pone en duda el equilibrio izquierda-derecha, que registra una estabilidad considerable. Si el enfrentamiento entre los dos campos tradicionales se mantiene en cifras y situaciones, su calidad ha cambiado: el tono de los comentarios, el estilo de la campaña y el valor de los argumentos son moderados, incluso serenos. La batalla municipal de 1989 confirma bajo todos sus aspectos el regreso de la ideología de centro a nuestra vida política. La política de centro se ciesarrolla en Francia sin los centristas. Se ha producido dentro de las dos principales formaciones de la derecha y la izquierda, RPR y PS, y en las dos, debido a su renovación.Esta mutación interna del panorarna clásico va a tener dos consecuencias. La primera, sobre el próximo escrutinio europeo, tiltima prueba electoral en largo tiempo. La tentación de una candidatura centrista parece descartada. Sin embargo, la vía está libre para la coalición de la oposición, encabezada por Valéry Giscard d'Estaing. En segundo lugar, a pesar de la agitación social, no ha habido voto de castigo para el Gobierno. Al contrario, el camino de Rocard parece despejado, apoyado por su mayoría relativa.
14 de marzo