Cartas al director

Verdadero humano

Después de leer las magníficas líneas del señor Amarilla de Cáceres del pasado día 13 de enero en esta sección, En apoyo de Joaquín Vidal, asimismo me defino en su defensa y, por consiguiente, contra la corruptela que invade la fiesta. Es natural que a los taurinos no les guste esta lúcida pluma que, además de crónicas, son verdaderos y brillantes análisis de las corridas de toros, con un rico lenguaje, para regocijo de los aficionados.Por otro lado, Joaquín Vidal, verdadero humano -basta haber leído sus columnas publicadas en este diario, La niña o Pajarito-, barre...

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Después de leer las magníficas líneas del señor Amarilla de Cáceres del pasado día 13 de enero en esta sección, En apoyo de Joaquín Vidal, asimismo me defino en su defensa y, por consiguiente, contra la corruptela que invade la fiesta. Es natural que a los taurinos no les guste esta lúcida pluma que, además de crónicas, son verdaderos y brillantes análisis de las corridas de toros, con un rico lenguaje, para regocijo de los aficionados.Por otro lado, Joaquín Vidal, verdadero humano -basta haber leído sus columnas publicadas en este diario, La niña o Pajarito-, barre a la moderna metamorfosis moralista, tanto en el interior de la vieja piel de toro como allende los Pirineos, ya que ésta nunca podrá comprender que hasta humana sea esa libre vida, así como su posterior lidia y muerte que recibe el bello toro bravo (por supuesto, como mandan los cánones).-

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