Suquía dice que las ambigüedades de la Constitución permiten leyes "contra los valores humanos"

El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, dijo ayer que la Constitución contiene ambigüedades que, a su vez, han permitido la promulgación de leyes que van "contra los valores humanos", como la de interrupción del embarazo. El presidente del episcopado hizo estas manifestaciones en el transcurso de la conferencia Reflexiones de un obispo a los 10 años de la Constitución, que pronunció ayer en el Club Siglo XXI de Madrid.A juicio del cardenal, "en los 10 años transcurridos se han advertido valores positivos en la Constitución y también de...

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El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, dijo ayer que la Constitución contiene ambigüedades que, a su vez, han permitido la promulgación de leyes que van "contra los valores humanos", como la de interrupción del embarazo. El presidente del episcopado hizo estas manifestaciones en el transcurso de la conferencia Reflexiones de un obispo a los 10 años de la Constitución, que pronunció ayer en el Club Siglo XXI de Madrid.A juicio del cardenal, "en los 10 años transcurridos se han advertido valores positivos en la Constitución y también defectos importantes". "Ciertas ambigüedades de la Constitución", agregó más adelante, "han permitido que se promulguen leyes que van contra claros valores humanos y no favorecen el bien común, como por ejemplo el monopolio de los medios de comunicación social, el derecho a la vida de los no nacidos, el derecho de todo niño engendrado a tener un padre conocido y la falta de una libertad más plena de enseñanza".

A pesar de estos problemas, según el cardenal, "la Iglesia ha encontrado su sitio en la democracia, reconoce y respeta el pluralismo político".

La Iglesia, según Suquía, "quiere trabajar preferentemente por los más necesitados, por la unidad y estabilidad de la familia. Estado e Iglesia deben permanecer separados; fe y responsabilidad política, no".

El cardenal apoyó, como ha reiterado en otras ocasiones, la, a su juicio, necesaria colaboración entre la Administración y la Iglesia. "La Iglesia permanece separada del Estado, aunque en inevitable colaboración con él, ya que ambas entidades tienen como fin el bien común". Sin embargo, criticó leyes del Gobierno socialista, como en los temas de fecundación in vitro, la LODE, la LRU, el aborto y ciertos aspectos de la programación de Televisión.

En el debate posterior a la conferencia, Suquía no se mostró partidario de la reforma de la Constitución, aunque consideró que en algunos aspectos, como el de la enseñanza y el de la familia, su aplicación está "bajo mínimos". Asimismo calificó el marco constitucional de "aconfesionalmente positivo".

Reunión con Fraga y Oreja

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El presidente de la Conferencia Episcopal dijo, a preguntas de este diario, que se había reunido con los dirigentes del Partido Popular Manuel Fraga y Marcelino Oreja, aunque por separado. Suquía reconoció que no puede negar audiencias cuando alguien se las pide, aunque añadió que no se reúne habitualmente con políticos. "Este año me he reunido con 1.200 o 1.300 personas". "Fraga me pidió oraciones; no sólo hablamos de oraciones. Hablamos de lo que a él le preocupa y lo que a mi me preocupa, pero nada más; cambiamos impresiones: yo animo, oriento, sí puedo orientar, pero lo hago con cualquiera".La audiencia con Oreja fue "seguramente en diciembre, aunque me la había pedido mucho antes; somos paisanos", añadió el cardenal. "Oreja viene con más asiduidad, no ahora, sino siempre; hemos hablado de todo. En una audiencia personal me resulta más fácil el intercambio; no tengo por costumbre reunirme con políticos", agregó Suquía, quien aseguró haber recibido el año pasado a una veintena de políticos, socialistas entre ellos.

Sobre el no pronunciamento de los obispos respecto a la huelga general, el cardenal dijo que no lo estimaba necesario: "Era una situación muy política y ese no es nuestro campo".

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