El sector industrial presiona para retrasar la construcción del satélite español

La imposibilidad real de cumplir con los plazos de entrega y las dudas "más que razonables" de que la industria española pueda participar siquiera en un 10% del proyecto, en beneficio de las multinacionales del sector, obligan a tomar otras decisiones en el futuro satélite de comunicaciones español, afirman fuentes cualificadas del sector. O se alquila o se compra ya hecho, y la industria española se concentra en el segmento de tierra.

El retraso en la toma de decisión del grupo que debe construir el satélite sigue incrementándose, y algunos expertos cualificados desconfían de que se ll...

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La imposibilidad real de cumplir con los plazos de entrega y las dudas "más que razonables" de que la industria española pueda participar siquiera en un 10% del proyecto, en beneficio de las multinacionales del sector, obligan a tomar otras decisiones en el futuro satélite de comunicaciones español, afirman fuentes cualificadas del sector. O se alquila o se compra ya hecho, y la industria española se concentra en el segmento de tierra.

El retraso en la toma de decisión del grupo que debe construir el satélite sigue incrementándose, y algunos expertos cualificados desconfían de que se llegue a la fecha prevista de 1992 con el satélite en órbita.Los dos consorcios europeos ya entregaron sus propuestas. El Instituto de Técnicas Aeroespaciales (Inta) realizó en septiembre pasado el estudio de viabilidad, y el informe favorable al grupo liderado por Matra y British Aeroespace ya está en la mesa del ministro.

"Pero la decisión que debe adoptarse muy pronto es ahora política. El tiempo corre y cada vez parece más ilusorio que los industriales españoles puedan captar el 33% del negocio previsto en la puesta en práctica del satélite", afirman los expertos consultados por este peródico.

Omnipresente

A estas críticas se ha sumado a última hora la opinión del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que piensa que el proyecto es demasiado caro. La cantidad prevista para los satélites (dos en órbita y uno de repuesto), las instalaciones de tierra y el coste del lanzamiento superan los 50.000 millones de pesetas.

Según estos argumentos, tendrían que barajarse dos nuevas posibilidades: o se alquila un satélite, para que la industria española tenga tiempo de reaccionar, o se compra uno que ya esté casi construido (cuyo candidato sería la empresa norteamericana Hughes).

Esta última posibilidad es defendida por aquellos conocedores del sector que creen que España ya participa en suficientes proyectos a través de la Agencia Europea del Espacio, y .seguiríamos realizando esfuerzos dispersos por incorporarnos a las nuevas tecnologías".

La opinión contraria es mantenida por los responsables del Inta, que consideran que el proyecto del satélite español es lo que la industria española necesita, para que se aglutinen y se concentren esfuerzos. Según estas fuentes, el retraso en la toma de decisiones sólo viene dado por dos causas: decidir quién va a pagar el proyecto (Telefónica, TVE y el Ministerio de Defensa los promotores) y quién va a gestionar la empresa que ponga en marcha el servicio.

Fuentes cualificadas cercanas al Ministerio de Defensa no ven tampoco con buenos ojos el retraso y la falta de previsión del proyecto. "La tecnología es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos, y España necesita perentoriamente decidir el campo tecnológico en el que quiere tener protagonismo. Hay que olvidarse de productos de tecnología punta en los que ya hemos perdido el carro hace tiempo", asegura una fuente cualificada próxima a dicho ministerio.

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