Un policía muerto y otro herido grave por las balas de un compañero ebrio que se resistió a ser detenido

Un policía nacional resultó muerto y otro herido de gravedad como consecuencia de los disparos efectuados contra ambos por un compañero que se hallaba embriagado. El incidente se produjo hacia las tres de la madrugada de ayer a la puerta de un mesón de la plaza del Humilladero, cuando el autor de los hechos se negó a ser detenido. El supuesto homicida, que estaba de baja temporal por una herida de bala que se produjo él mismo hace unos meses, descargó sobre las víctimas el tambor de su revólver. Posteriormente, arrebató las pistolas a sus compañeros y siguió disparando con ellas.

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Un policía nacional resultó muerto y otro herido de gravedad como consecuencia de los disparos efectuados contra ambos por un compañero que se hallaba embriagado. El incidente se produjo hacia las tres de la madrugada de ayer a la puerta de un mesón de la plaza del Humilladero, cuando el autor de los hechos se negó a ser detenido. El supuesto homicida, que estaba de baja temporal por una herida de bala que se produjo él mismo hace unos meses, descargó sobre las víctimas el tambor de su revólver. Posteriormente, arrebató las pistolas a sus compañeros y siguió disparando con ellas.

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Rogelio Abella Fernández y su compañero José Fernández Ramos, que integraban una patrulla de la comisaría de Latina, decidieron acercarse hasta el Mesón del Cazador, en la plaza del Humilladero, para tomar un café y comprar unos cigarrillos.Magdalena Mata Centeno, propietaria del bar, informó a Abella que no tenía tabaco, pero le invitó a él y a su compañero de patrulla "a tomar una copa para festejar la Navidad", según declaró la dueña del mesón, amiga del agente desde hace años. Los patrulleros estaban a punto de apurar sus copas y despedirse de la dueña y de su hija, cuando entraron tres hombres que solicitaron unos cubalibres y se colocaron al fondo del establecimiento.

Rogelio Abella sospechó de los nuevos clientes y preguntó a Magdalena Mata si les conocía. Ella respondió que eran amigos y añadió: "Uno de ellos es compañero vuestro". El policía pidió a la mesonera que le indicara quién de ellos era el aludido, y a continuación se dirigió al grupo para solicitar su identificación.

Abella y su compañero José Fernández Ramos salieron a la calle seguidos de los otros tres hombres. Los funcionarios pidieron por radio datos sobre los sospechosos: el policía básico Luis Viana Miján, de 31 años, y sus amigos Manuel Francisco Domínguez Carretón y Carlos Vallinor Barroso. Los tres carecían de antecedentes.

Todos regresaron al interior del mesón. Luis Viana "estaba blanco y muy excitado", según la dueña del establecimiento, y arrancó su documentación de las manos del policía Abella.

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Los integrantes del coche patrulla requirieron a su compañero que volviera a salir al exterior y, al negarse, le sacaron a empujones. Unos segundos después, Viana extrajo un revólver y disparó a quemarropa contra Abella, que murió por un tiro en la boca. El policía Fernández Ramos, de 33 años, recibió tres disparos.

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