UN 'DERBY' POLÉMICO

Gil: "No he mandado a mi equipo a luchar contra estos elementos"

El presidente deL Atlético, Jesús GiL, que no fue invitado a presenciar el encuentro desde el palco del Santiago Bernabéu, siguió la retransmisión del mismo desde Torrespaña. Comedido al principio, satisfecho durante el partido e indignado al final, resumió el encuentro recordando a su estilo la famosa frase de Felipe II: "No he mandado a mi equipo a luchar contra estos elementos".

Gil llegó a la redacción de TV embutido en una llamativa chaqueta encarnada bajo la que escondía una camisa blanca con rayas rojas, y acompañado por media docena de sus directivos.El presidente del Atlético a...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente deL Atlético, Jesús GiL, que no fue invitado a presenciar el encuentro desde el palco del Santiago Bernabéu, siguió la retransmisión del mismo desde Torrespaña. Comedido al principio, satisfecho durante el partido e indignado al final, resumió el encuentro recordando a su estilo la famosa frase de Felipe II: "No he mandado a mi equipo a luchar contra estos elementos".

Más información

Gil llegó a la redacción de TV embutido en una llamativa chaqueta encarnada bajo la que escondía una camisa blanca con rayas rojas, y acompañado por media docena de sus directivos.El presidente del Atlético aguantó con aparente calma hasta el primer gol. Se puso pálido, extrajo un mondadientes del bolsillo de la camisa e hizo gestos de negación con la cabeza. Se colocó el palillo entre los dientes y comentó: "Yo apenas hablo durante los partidos". Pero sólo duró siete minutos. Futre se internó por la izquierda, salvó a Buyo y envió el balón al poste. Gil apretó los dientes y se puso rojo. "Me cago en sus muertos", dejó escapar un directivo. El balón volvió a Futre, centró a Manolo y éste consiguió el empate. Gil se puso aún más rojo, empezó a mover los puños y a dar patadas al suelo: "Vamos a golear, vamos a golear", repetía como un obseso. Ya no hubo quien le callara: "El Madrid, con Schuster, es como si jugara con diez, y además no lo van a cambiar.... No firmo el empate. Hoy ganamos".

Como un socio

Según sus palabras, estaba "disfrutando como un socia". Se relajó, hizo chistes, se mordió las uñas, repartió insignias y dedicó algunos improperios al presidente del Madrid, Ramón Mendoza. Al ser expulsado Tendillo, se levantó y proclamó: "Ahora vais a ver. Nosotros no somos el Sevilla". Pero la felicidad le duró sólo unos minutos: tras la expulsión de Orejuela, se cebó con Buyo, y luego vino el gol de Martín Vázquez. Se le humedecieron los ojos y tardó en reaccionar, pero lo hizo así: "En ese campo es imposible ganar. Una victoria así me daría náuseas. Que se metan el título por las vitrinas. De tal presidente, tales jugadores". Un directivo le susurraba: "Tranquilo, Jesús, tranquilo". Y Gil lanzó al final su último arranque de orgullo: "El problema del Madrid es que en la Copa de Europa no le dejan hacer lo que en España, y por eso están tan cabreados".

Archivado En