GENTE

Mario Filippi,

párroco de Manerba de Garda, un pueblecito del norte de Italia, cansado de ver vacíos día tras día los bancos de su iglesia, no tuvo mejor idea para atraer de nuevo a los fieles que distribuir esquelas mortuorias por las calles en las que notificaba "la muerte espiritual" de toda la población, que ha reaccionado airadamente contra el cura. La esquela, con los bordes de luto, decía lo siguiente: "La parroquia notifica con dolor la muerte espiritual del querido pueblo de Manerba, que falleció tras una larga enfermedad causada por el turismo y el aburrimiento". Los vecinos, indignados, han tildad...

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párroco de Manerba de Garda, un pueblecito del norte de Italia, cansado de ver vacíos día tras día los bancos de su iglesia, no tuvo mejor idea para atraer de nuevo a los fieles que distribuir esquelas mortuorias por las calles en las que notificaba "la muerte espiritual" de toda la población, que ha reaccionado airadamente contra el cura. La esquela, con los bordes de luto, decía lo siguiente: "La parroquia notifica con dolor la muerte espiritual del querido pueblo de Manerba, que falleció tras una larga enfermedad causada por el turismo y el aburrimiento". Los vecinos, indignados, han tildado de loco, provocador y estúpido al párroco.

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