GOLF

Ballesteros, primer líder del Open Británico

, ENVIADO ESPECIAL, Severiano Ballesteros revivió ayer parcialmente su éxito de 1979 en el mismo escenario del Royal Lytham & Saint Annes Golf Club, al situarse como líder del campeonato abierto británico con 67 golpes, cuatro por debajo del par del campo, tras el primer día de competición. El golfista español, que se sintió en ambiente en todo momento gracias a la simpatía que despierta entre los aficionados locales, incluso se reconcilió en esta baza con el puner, que le ha gastado tantas jugarretas en los últimos tiempos. El inglés Nick Faldo entregó una tarjeta de 71; el escocés Sandy Lyle...

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, ENVIADO ESPECIAL, Severiano Ballesteros revivió ayer parcialmente su éxito de 1979 en el mismo escenario del Royal Lytham & Saint Annes Golf Club, al situarse como líder del campeonato abierto británico con 67 golpes, cuatro por debajo del par del campo, tras el primer día de competición. El golfista español, que se sintió en ambiente en todo momento gracias a la simpatía que despierta entre los aficionados locales, incluso se reconcilió en esta baza con el puner, que le ha gastado tantas jugarretas en los últimos tiempos. El inglés Nick Faldo entregó una tarjeta de 71; el escocés Sandy Lyle y José María Olazábal, otras de 73, y el norteamericano Curtis Strange justificó los desastrosos 79 de la suya con el vendaval desatado al atardecer.

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Ballesteros no es Daniel Boone. Como reconoció con la mejor de sus sonrisas en los labios durante su conferencia de prensa, nunca pretendió serlo. Lástima. Si lo hubiera pretendido, quizá habría concluido su primer recorrido con un par de golpes menos e igualado, pues, su propio récord de Lytham & Saint Annes. Pero, según su risueña ironía comparativa, ni el legendario personaje americano "se hubiese atrevido a meterse" en la espesura donde aterrizaron dos de sus lanzamientos. En el hoyo 14 su pelota cayó entre los árboles; en el 18, en medio de unos arbustos. En ambos casos tuvo que declararla injugable y admitir, en consecuencia, las correspondientes penalizaciones, que acabaron costándole sendos bogeys. Una fatalidad que en esta ocasión no se lo pareció demasiado.Y es que el cántabro se confesaba feliz. El Golfista del Siglo sentía cierto recelo: "Jamás hube de empezar tan temprano (7.48 horas) un British Open. O no me toman ya en consideración o se han enterado de que me agrada saltar pronto de la cama". La tarjeta de 75 del estadounidense se inclinó hacia la primera de sus graciosas hipótesis, pero a su compatriota de moda, Strange, le fue mucho peor, 79, a causa, se excusó, del vendaval desatado al atardecer. La perspectiva de Ballesteros (8.54) era necesariamente otra. Muchos aficionados se habían apresurado a acudir, fieles, a su cita con su Sevvy querido. No podía defraudarlos ni defraudarse a sí mismo. Por eso comenzó su andadura con tres birdies consecutivos que, de una vez por todas, le pusieron de buen humor. Sin duda, estaba a gusto. Saludaba a diestro y siniestro; a venerables ancianitas que exhibían pancartas dándole ánimos en castellano e incluso a un tren de paso por la vía contigua al campo. Su concentración no se perturbaba. Su precisión era ostensible. Buscaba las banderas y las encontraba. Ni el viento constante ni la intermitente llovizna se lo impedían.

"Muy bien al principio"

"Creo que lo he hecho muy bien en los 13 hoyos iniciales", expuso a los periodistas. Tenía razón, aunque a sus tres aciertos del principio y a sus nuevos birdies en el 6 y el 7 habría podido añadir algún otro, como el que se le escapó desde apenas dos metros en el 8. Después, en los cinco finales, llegaron sus deslices del 14 y el 18, precedido este último por un birdie más en el 17 que en un tris estuvo de ser un eagle porque la bola le pasé antes rozando el agujero. "Sí, acaso gane el torneo", resumió mientras recordaba que, al contrario que en la época más reciente, el putter no le había proporcionado disgustos, sino satisfacciones. Más tarde, a modo de espaldarazo, la noticia de la brillante actuación de Pedro Delgado en Francia le representó otra. No en vano es un entusiasta del ciclismo y ha sido invitado a seguir en moto una de las etapas del Tour, casi con toda seguridad la de Luz Ardiden.Faldo amenazó su liderato durante buena parte de la jornada, pero la ventolera le perjudicó y se despidió con un doble bogey y un bogey sucesivos que le hicieron conformarse con el par, 71. A Lyle le ocurrió algo semejante, dos bogeys, y acabó con 73, como Olazábal. José Rivero y Manuel Piñero, con75; José María Cañizares, con 79 y José Avelino Cabo, con 79.

Clasificación: 1º Ballesteros, 67 golpes. 2º Faxon (EE UU) y Grady (Australia), 69. Pooley (EE UU), Price (Zimbabue), Ratcliffe (Australia), y Senior (Australia),70.

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